OpiniónMiércoles, 7 de junio de 2023
La muerte de la privacidad: la arrolladora fuerza de la transparencia en la Era de la Sociedad Global, por Víctor Marroquín
Víctor Marroquín
Abogado internacional

En nuestra era digital actual, donde los datos fluyen libremente y la conectividad reina suprema, el concepto de privacidad se enfrenta a desafíos sin precedentes. Con el surgimiento de tecnologías avanzadas y las demandas de una sociedad global, la idea de que los individuos puedan mantener una privacidad completa se desvanece.

A medida que nos adentramos en las complejidades de este cambio de paradigma, se vuelve evidente que las leyes de privacidad existentes están destinadas a ser derogadas o disminuidas, incluso erosionando el antiguo reino sagrado del secreto bancario. El Foro Económico Mundial, la nueva sociedad global y el advenimiento de la Inteligencia Artificial apuntan hacia un futuro en el que la transparencia prevalezca sobre la privacidad. Acompáñenme a explorar la justificación detrás de esta transformación y las implicaciones que tiene para los individuos y la sociedad en su conjunto.

La Erosión de la Privacidad: La proliferación de plataformas de redes sociales, la vigilancia ubicua y las economías impulsadas por datos han alterado drásticamente nuestra comprensión de la privacidad. La información personal que alguna vez se consideró confidencial ahora es fácilmente accesible para corporaciones, gobiernos e incluso actores malintencionados. Si bien las preocupaciones sobre violaciones de privacidad son válidas, también debemos reconocer que la propia naturaleza de la era digital demanda una mayor transparencia. La interconexión de nuestro mundo exige un intercambio de información que permita una gobernanza eficiente, una seguridad mejorada y una mayor cooperación social.

La Visión del Foro Económico Mundial (FEM): El FEM reconoce el poder transformador de los datos y aboga por una sociedad transparente. El rápido avance de tecnologías como la Inteligencia Artificial requiere una gran cantidad de datos para impulsar la innovación y el crecimiento económico. Para poder aprovechar todo el potencial de estas tecnologías, el FEM postula que los individuos deben aceptar la transparencia y renunciar a ciertos aspectos de su privacidad. La necesidad de un progreso colectivo y el bienestar de la sociedad superan el valor percibido de la privacidad individual.

La Nueva Sociedad Global: A medida que nuestro mundo se vuelve cada vez más interconectado, surge el concepto de una sociedad global. En este paradigma, la información fluye sin problemas más allá de las fronteras, trascendiendo las nociones tradicionales de soberanía nacional, tal como lo mencionó en su momento Pierre Teilhard de Chardin cuando dijo: “La era de la naciones ha muerto.Es momento de abandonar el concepto de soberanía y construir la tierra”. De hecho, para facilitar la colaboración, prevenir el delito y garantizar la seguridad global, las regulaciones de privacidad inevitablemente serán revisadas o minimizadas. El FEM también afirma que la preservación de los derechos individuales debe equilibrarse con el bienestar general de una comunidad global armoniosa e interconectada.

El Rol de la Inteligencia Artificial: La Inteligencia Artificial (IA) está revolucionando diversos aspectos de nuestras vidas, desde la atención médica hasta el transporte, y desde la gobernanza hasta las finanzas. Los sistemas de IA dependen de grandes cantidades de datos para funcionar de manera efectiva. Al aceptar la transparencia, los individuos contribuyen a la creación de algoritmos de IA sólidos que pueden mejorar los procesos de toma de decisiones, optimizar los servicios y mejorar los resultados sociales. Si bien persisten preocupaciones sobre el mal uso de los datos, regulaciones rigurosas y marcos éticos pueden proteger a la sociedad contra posibles abusos.

La Nueva Perspectiva sobre la Privacidad: Como dice el refrán, "Si no tienes nada que ocultar, no tienes nada que temer". En un mundo donde la privacidad está disminuyendo, la idea imparable del FEM es que debemos adoptar una nueva perspectiva sobre su valor. La privacidad no debe verse como un derecho absoluto, sino como un aspecto negociable de nuestras vidas. Equilibrar la transparencia con una gobernanza responsable de los datos, según el FEM, se vuelve crucial para garantizar la confianza y la rendición de cuentas en el ámbito digital.

A medida que navegamos por las complejidades de un mundo interconectado, la erosión de la privacidad se vuelve inevitable. El surgimiento de una sociedad global y las demandas del Foro Económico Mundial requieren una mayor transparencia. Si bien es posible que las leyes de privacidad existentes sean revisadas o disminuidas, es imperativo encontrar un equilibrio entre los derechos individuales y el progreso colectivo. Al aceptar la transparencia que el FEM postula, quizás podamos aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías y contribuir a una comunidad global que prospere en la colaboración, la innovación y la comprensión mutuas.

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