EditorialLunes, 6 de noviembre de 2023
¿Hacia una guerra regional?

El pasado viernes a las 3 de la tarde (hora de Beirut) el líder absoluto de Hezbollah, Hassan Nasrallah, dio su primer discurso desde los trágicos eventos del 7 de octubre. Cuando el mundo hubo conocido los detalles sobre el brutal ataque que Hamás perpetrara contra Israel, aparecieron temores sobre una posible escalada de violencia que desencadene un conflicto regional. De todas esas posibilidades, la que mayor riesgo supone es la eventual participación de Hezbollah, el grupo terrorista libanés, abriendo un frente en la frontera con Israel.

Los motivos por los que el asunto de Hezbollah es especialmente complejo son varios: en primer lugar, Hezbollah (un movimiento islamista chiita) es un proxy de la dictadura teocrática iraní (también chiita). Esto implica que el respaldo que Hamás (movimiento islamista sunita) ha recibido, logística y militarmente, de Irán y que ha permitido el masivo ataque ha sido recibido, y en mucho mayor proporción, también por Hezbollah. En segundo lugar, Hezbollah cuenta con mucho mayores capacidades militares que Hamás y controla más territorios.

Además, Hezbollah es un movimiento que -si bien mantiene intacto su músculo militar- ha recorrido ya bastante ruta en camino a la legitimidad política en el Líbano. Hoy, el “partido de Dios” controla 12 de los 120 escaños en el parlamento libanés y controla amplias zonas del territorio al Sur y al Este de Beirut. Hezbollah es, en la práctica, un Estado dentro del propio Estado del Líbano. Por lo anterior, algunos grupos reducidos en Siria e Iraq, y los rebeldes hutíes en Yemen representan riesgos militares para Israel, pero Hezbollah es mucho más fuerte.

¿Qué fue lo que dijo Nasrallah? En una transmisión larga y llena de vericuetos discursivos, el clérigo que lidera Hezbollah desde 1992, dijo que la “operación militar” llevada a cabo por sus “hermanos” de Hamás había sido muy exitosa y que había dejado a una gran cantidad de “mártires”. Se encargó, eso sí, de señalar que su organización no tuvo ningún conocimiento previo del ataque. Si bien lo dijo como un cumplido a la capacidad militar de Hamás, muchos expertos han señalado que allí Nasrallah hizo un sutil deslinde con lo recién acontecido.

Nasrallah indicó que su organización tiene dos objetivos: i) que se detenga la violencia en Gaza y ii) que Hamás derrote militarmente a Israel en Gaza. La contradicción entre el primer y el segundo objetivo nos resulta llamativa. Dijo que seguirán luchando contra las “fuerzas de ocupación” de la “entidad” de Israel en la frontera y que, si los Estados Unidos interfieren con la flota de navíos que han colocado en las costas libanesas del Mediterráneo, responderán contra ellos. Nasrallah no declaró la guerra, pero tampoco dijo nada en favor de la paz.

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