PortadaDomingo, 2 de febrero de 2025
“El futuro que le espera a la señora Boluarte es la cárcel”

La crisis política en el país no da tregua, y la administración de Dina Boluarte parece tambalear con más fuerza cada día. Las críticas no solo apuntan a las decisiones de su gobierno, sino también a la actitud desafiante y confrontacional que la mandataria adopta frente a las acusaciones en su contra. ¿Hasta dónde puede resistir este gobierno? ¿Qué le espera al Perú en este clima de incertidumbre política? Para responder estas preguntas y analizar el incierto futuro de cara al 2026, conversamos con la excongresista y abogada Rosa Bartra, quien ofrece una perspectiva clave sobre el rumbo del país.

¿Qué opina de las declaraciones de la presidenta en Davos?

El tema de Davos es, en realidad, más profundo que el análisis superficial que he escuchado en la mayoría de los comentarios. La señora Boluarte no solo no ha abordado los temas centrales de esta reunión multilateral, sino que, además, si no le hubiera escuchado decir que nos gobiernan los extraterrestres, habría seguido pensando que vive en un universo paralelo. Ahora sé que no está gobernando ella, sino los extraterrestres que le pasan información equivocada. Por eso está constantemente descolocada de la realidad.

Esto se ha notado desde que asumió el poder. Pero también es necesario entender que durante toda su gestión, más que aciertos, ha habido desaciertos. Y hay personas que la eligieron en la plancha presidencial que ahora intentan lavarse las manos frente a lo que está ocurriendo.

¿A qué problema se refiere?

El problema es que la gente no la eligió. En nuestro país, casi nunca se presta atención a quiénes ocupan las vicepresidencias. En el 2026, si no hay elecciones adelantadas, esto podría empeorar porque podría haber entre 30 y 50 candidaturas. La tradición política peruana es caudillista: se enfocan en el candidato presidencial y no en su equipo. Boluarte era una figura irrelevante en la política. Fracasó en sus intentos de ser alcaldesa de Surquillo y congresista, y su trayectoria previa era la de una funcionaria de tercera categoría en Reniec. Llegó al poder a la sombra de Pedro Castillo y Vladimir Cerrón.

Si alguien tiene la culpa de que Boluarte esté en el poder, es quien votó por Pedro Castillo. Ahora, los mismos que impulsaron su candidatura se lavan las manos y se desligan de ella. Si Castillo no hubiese sido elegido, Boluarte no estaría en su cargo.

La inseguridad ciudadana sigue siendo un problema grave. A pesar de los estados de emergencia, no se ven resultados contundentes.

La delincuencia nos tiene aterrorizados. No hay un solo hogar que no haya sido víctima de alguna forma de violencia. La extorsión afecta especialmente a los menos favorecidos: dueños de bodegas, panaderos y pequeños comerciantes. El ministro del Interior, respaldado por Boluarte, se ha acostumbrado a hacer shows mediáticos, presentando como criminales a inocentes. Además, afirma falsamente que el Tren de Aragua ha sido desarticulado en el país. Dina Boluarte protege a este ministro pese a su ineficacia, lo que genera sospechas sobre sus verdaderos intereses.

Sobre los prófugos del actual gobierno, como Vladimir Cerrón y Nicanor Boluarte, la presidenta guarda silencio.

Los silencios de Boluarte son muy elocuentes. A fines de 2023, desafiante, exigió a la Fiscal de la Nación que la llamara para declarar. Pero cuando fue citada por el caso Cofre, se amparó en tecnicismos legales para guardar silencio. Como presidenta, está obligada a la máxima transparencia. No puede justificar sus actos sin dar explicaciones. ¿Recibió más joyas? ¿Hizo gestiones personales? Su actitud de subestimar la inteligencia de los peruanos es una gran ofensa.

En su opinión, ¿qué le espera a Boluarte una vez que deje el poder?

El Perú suele pasarle factura a sus exgobernantes: Fujimori, Toledo, Humala, Kuczynski, Vizcarra y Castillo enfrentan investigaciones o han estado presos. Creo que se debería construir un pabellón femenino en Diroes. Como abogada, veo que Boluarte tiene procesos delicados, desde el uso de dinero para la reparación de Cerrón hasta las muertes en las protestas de diciembre de 2022. Si la justicia actúa con severidad y conforme a la ley, su destino inevitable es la cárcel.

El proceso electoral de 2026 será complejo. Actualmente hay 41 partidos inscritos, pero pocos tienen ideología clara.

Desde los años 90, los partidos políticos entraron en crisis y no se han recuperado. Hoy, más que partidos, tenemos franquicias con dueños que las manejan como empresas. En 2026, elegiremos presidente, senadores nacionales y regionales, diputados y parlamentarios andinos. Esto hace que la elección sea difícil de manejar, desde la cédula de votación hasta la fiscalización del financiamiento de campañas. Es crucial que los medios ayuden a los ciudadanos a informarse sobre los candidatos y sus propuestas.

En el 2021 se cuestionó la transparencia del proceso. ¿Existe el riesgo de un escenario similar?

Nunca se demostró fraude en 2021. Todos los modelos electorales tienen riesgos, pero por eso los partidos tienen personeros en las mesas de votación. Si un partido no tiene la capacidad de defender sus votos, no está listo para gobernar.

La desafección política es preocupante. Más del 60% de los ciudadanos no quiere saber nada de la política.

Esta crisis de gobernabilidad se debe a la falta de participación ciudadana. Muchos peruanos creen que la política no les afecta, cuando en realidad es lo contrario. Debemos promover la participación de buenos ciudadanos en la política para mejorar el país.

¿Postulará en 2026?

Aún no he decidido. He recibido invitaciones, pero evaluaré cuidadosamente. La decisión dependerá de que el partido esté alineado con mi visión de desarrollo para el país.


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