Quería iniciar preguntándote por tu perspectiva sobre la sociedad occidental en la última década.
- Primero, habría que preguntarnos si todavía existe el occidente. Porque lo que fue occidente ya no existe. Sucede que Europa ha renegado de su tradición y de sus antecedentes. De justamente aquellas fuerzas que lo hicieron importante en el mundo y lo construyeron como faro cultural. Lamentablemente, eso ha desaparecido. Y también la influencia del wokismo ha supuesto que Europa pierda su rumbo.
Has hecho mención, en reiteradas ocasiones, a la pérdida de la cultura. ¿En qué aspecto se pierde la cultura o cómo analiza la pérdida de esta?
- Eso se puede ver desde la misma iconografía. Recordemos lo que defendían los tres grandes —Schuman, Adenauer y de Gasperi—, que fueron quienes sentaron las bases del proyecto europeo, y cuyo pensamiento incluso inspiró símbolos como la propia bandera de la Unión Europea, la cual tiene una significación muy importante. Las estrellas y ese azul que no es otra cosa que la idea de la Virgen María. Hasta ese punto se ha transformado y se ha vulnerado. El cristianismo ha desaparecido. La propia Unión Europea (UN) en todo su marco legal está en algo completamente diferente de reivindicar el cristianismo como una fuente necesaria de lo que fue Europa y de lo que fue Occidente.
Luego, se ha prescindido de los otros pilares como el derecho de Roma y la filosofía de Grecia. Es decir, la justicia en el derecho. Lo que decía Cicerón, hay que ser esclavos de las leyes para poder ser libres. Pero la ley tiene que tener un contenido. La ley eterna y ley natural. La corriente iusnaturalista. Todo eso ha desaparecido.
La ley positiva, por el hecho de ser ley, puede ser simplemente un procedimiento. Hemos convertido las facultades de derecho en facultades del mero procedimiento formal. Positivismo jurídico. Como sostiene Miklos Lukács si falta el fundamento antropológico, tú puedes crear derecho, pero este derecho no tendrá sustento.
¿Es posible atribuir la perdida de esa cultura y esa tergiversación fundamental de Europa, a las migraciones masivas sin controles ni orden?
- Claro, pero los movimientos migratorios no son la causa de esa pérdida de un referente cultural. Lo que sucede es que esos movimientos migratorios aprovechan —por lo menos algunos— que presentan una cultura o una religión completamente diferente de lo que fue el cristianismo, y que se encuentran con una Europa que no hace ninguna defensa. Encuentran una Europa débil.
Cuando los bastiones culturales no están bien posicionados, es más fácil que olas migratorias contrarias a la cultura europea se posicionen y tomen fuerza. Es decir, matricular a un hijo en un colegio católico y pretender que desaparezca el crucifijo del aula atenta contra los propios valores y razón de ser de los colegios, más aún cuando se reemplaza por otros símbolos.
Y no encontramos una fortaleza en cuanto a valores y en cuanto a cultura en las universidades. ¿Por qué ocurre esta situación?
- Estas ideas han penetrado en todo. En el momento que la ideología penetra en el recinto del saber, se acabó el tema.
Hay focos de resistencia, afortunadamente, ¿verdad?
- Por supuesto. Hay focos de resistencia y yo en las clases digo lo que pienso. Pero, sobre todo, creo que el alumno lo que pide es precisamente que se le hable de forma sincera y que vea que hay profesores que mantienen sus ideas con firmeza.
Es innegable que existe una presión para que no defendamos este tipo de cosas. Pero ¿por qué? ¿de dónde salen esas presiones?
- Es una presión política. Las instituciones públicas o la gestión de las cosas la llevan quienes están en la defensa del llamado wokismo. En España es muy claro como ocurre.
Precisamente, sobre el tema la gestión que mencionas, en España ¿qué rol tiene el gobierno de Pedro Sánchez sobre esto?
- No hay ningún aspecto en el que no influya. Está dejando muy poco espacio para la libertad de pensamiento y de enarbolar tus propias creencias religiosas. Muy poco espacio también para la libertad de los medios de comunicación, que ya comienzan a ser señalados. Muy poca libertad para el Poder Judicial. Y lo visible es que la justicia esta instrumentalizada.
Eso que sucede con en el Poder Judicial, que se da en España tanto como en el Perú, y lo tomamos con sorpresa porque, de pronto, seguir la ley y acatar al Estado de Derecho es tomado como que se está yendo en contra de los principios democráticos. ¿Cómo es posible que estos pseudo “dueños de la moral” y los que se embanderan de “democráticos”, sean los primeros que buscan mecanismos para desacatar la norma que está escrita?
- No son referentes morales absolutamente de nada. La historia del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es una trayectoria criminal. Nunca se han sometido al Estado de Derecho, no comprenden lo que es el Estado de Derecho. La corrupción y la violencia psicológica e incluso física ejercida sobre mujeres socialistas la han tapado. Desde la propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que conoce las denuncias internas y no hizo nada. Es un feminismo que se cae por la raíz, porque son feministas cuando les conviene. Es la doble moral. Entonces, esa pretensión superioridad intelectual y moral de la izquierda, no existe.
Para empezar, tú mira toda la corrupción de los cargos del gobierno Sanchista. Ahora resulta que Pedro Sánchez no conoce a ninguno de los que lo han acompañado en su trayectoria desde 2016 hasta aquí. Es un gobierno de corrupción sistemática, de asalto institucional al Estado de Derecho, de vulneración de las instituciones y de socavamiento del Poder Judicial. No obstante, creo en la distancia histórica y en unos 20 o quizás 50 años nos daremos cuenta que estas personas hicieron muchísimo daño a la institucionalidad y Estado de Derecho.
Quiero preguntarte por la juventud, porque en muchos casos los jóvenes toman activismo por estas narrativas falsas o se dejan llevar por lo que dice el establishment y los medios, pero terminan siendo utilizados. ¿Qué esperanza o qué rol tienen ellos dentro de todo este contexto de desinformación, de deslegitimación del Estado de Derecho y, sobre todo, de una tergiversación de la historia de los propios países tanto en Europa como en América?
- Bueno, yo creo que no todo está perdido. La juventud es rebelde. Entonces, si tú continuamente estas con el machaque constante a los jóvenes, que por naturaleza son rebeldes, van a alzar la voz y cuestionaran. La demagogia siempre termina por cansar. Definitivamente, hay una esperanza.
En el Perú, por ejemplo, muchos jóvenes creen que debemos tenerle cierto resentimiento a España. Durante siglos se ha fortalecido el relato que sostiene que nosotros fuimos un país maltratado. Una narrativa que creo tergiversa mucho la historia real. ¿Tú cómo lo analizas?
- Considero que les han robado parte de la historia y también nos la han robado a nosotros. Es decir, esa tergiversación también se vive en España. Es bilateral. Por ejemplo, el ministro de Asuntos Exteriores español ha pedido perdón a Claudia Sheinbaum. Yo me pregunto: ¿Pedir perdón por qué?
Hay una malformación de la historia. En esos tiempos la monarquía hispánica que tenía una organización administrativa virreinal. Es decir, España nunca tuvo colonias. Tan súbdito era el peruano de Lima como era el español de Madrid o de Valladolid. Y no solo eso, culturalmente, hay que observar las universidades. Se va a celebrar el 475 aniversario de la universidad más antigua de toda Hispanoamérica, incluso del continente americano, la cuál es precisamente la Universidad Nacional San Marcos de Lima (UNMSM).
Seamos claro, nadie crea una universidad, catedral, calle, ciudad, población, escuela, con la intención de someter a un pueblo. Porque es un planteamiento cultural. Una idea civilizatoria. Precisamente ese nuevo mundo y nuevos pobladores que se crean, ya no son ni españoles ni incas.
¿Y cómo lo definirías? ¿Cuál es el término más propio para esa fusión?
- Hay una síntesis en todo caso. Hay una recepción por una parte de unos y de otros. Que se ve en la comida, en la gastronomía, hasta en el ceviche con el limón. Lo mismo ocurre con las lenguas.
¿Qué es lo que hacen las órdenes religiosas que llegan con las lenguas precolombinas?
- Pues lo que hacen son gramáticas para entenderse. Gramáticas donde había lenguas que si no se hubieran perdido. Como el quechua. Son lenguas que se pierden si no es por los religiosos de ese momento. Por ejemplo, los doce primeros franciscanos que llegan y más tarde, el fray Bernardino de Sahún hace gramáticas donde se recogen los términos. Para poder entenderse. No hay ninguna dominación que pretenda entenderse. Por ejemplo, los ingleses nunca trataron de entenderse con los pueblos sometidos.
Esa es una pregunta que quería hacerte, tocando el tema de los ingleses. ¿Quizá fueron los ingleses los que han infundido estos discursos y estas retóricas?
- No solamente ingleses, holandeses también. Los ingleses ejercen un rol muy importante. Pero siempre tiene que haber un traidor. Hay un traidor español, claro, Antonio Pérez, secretario de Felipe II, que es uno de los que difunde también esa idea.
¿Cuál es el problema de la difusión de la leyenda negra?
- Que los españoles la asumieron. Que los españoles nos la hemos creído, también. Que hemos aceptado lo que el enemigo nos ha querido contar. En vez de tratar de ver efectivamente qué es lo que habíamos hecho. Es decir, habrá cosas que se hayan hecho mal, lógicamente, que se han tratado de enmendar. Y cosas que se hicieron bien desde el primer momento.
Por ejemplo, ¿a qué inglés que vuelve de estar en lo que sí eran sus colonias, a Inglaterra, se le hace un juicio de residencia, como se le hacía a los virreyes españoles, para que rindieran cuentas de lo que habían hecho? Todo oficial, todo funcionario al servicio de la corona tenía que rendir cuentas de su actuación. Si hiciéramos lo mismo con los políticos actuales, no quedaba ninguno en la calle. Ese era el marco legal que imperaba en el virreinato.
¿Y cuál crees tú, o cuál podría haber sido el interés por parte de Inglaterra y los holandeses de crear esta falsa leyenda?
- Primero, porque la monarquía hispánica era muy fuerte. Además, de la fuerte conversión que se hizo desde la cristiandad. Una labor exhaustiva que era visto por los enemigos con miedo. Los ingleses y holandeses no tenían esa encomienda y fuerza para la conversión. El tema religioso influyó mucho. Recordemos también que la monarquía española se queda prácticamente sola en la defensa del catolicismo. Mientras que los ingleses, alemanes y holandeses fueron con una idea de sometimiento, no de conversión. Esa diferencia es fundamental.
