El nombramiento de Lidia Patty Mullisaca, activista política boliviana y ex diputada del Movimiento al Socialismo (MAS), como cónsul en Puno, suscita serias preocupaciones sobre las posibles implicancias de injerencia política. Conocida por su férrea persecución a opositores del masismo en Bolivia, Patty ha llevado a cabo acciones que plantean interrogantes sobre su idoneidad para un cargo diplomático. En 2020, Lidia Patty demandó a la exsenadora y expresidenta Jeanine Áñez por los delitos de "sedición, terrorismo y conspiración", lo que llevó al encarcelamiento de Áñez y dos de sus exministros. Además, denunció la supuesta implicación de autoridades judiciales y políticas en el derrocamiento de Evo Morales, lo que evidencia su tendencia a perseguir a aquellos que se oponen al régimen masista.