El gran problema del país es la polarización y la ausencia de autoridades que entiendan por qué, para qué, y a quiénes representan al ocupar sus puestos y que comiencen a cumplir lo que demanda la voluntad ciudadana.
El problema de la inestabilidad política se ha vuelto sistémico. No existe ningún candidato que cumpla con las expectativas de la población y los actuales políticos solo buscan agua para su molino, salvo escasas y honrosas excepciones.
En las últimas semanas hemos presenciado hechos en el Congreso, donde la gravedad no radica tan solo en la elección del “Defensor del Pueblo”. El problema se inicia con la ausencia de candidatos idóneos para ese puesto. ¿Por qué se presentaron solo dos candidatos para tan importante función?Pero se agrava con otro tema de fonde que se relaciona con la actitud de los congresistas que creen que tienen derecho a tomar decisiones sin escuchar a ese “Pueblo” que los llevó a ocupar esos curules.
En medio de esta situación tenemos que soportar comentarios que evidencian actitudes de soberbia como la del congresista Jorge Luis Flores Ancachi de Acción Popular, quien afirma que “yo tengo mandato imperativo, yo no debo rendir cuentas a nadie”.Ese es solo un ejemplo de porque el Congreso tiene 6% de aprobación, tendencia descendente que continúa.Estos personajes ya se olvidaron o nunca supieron cuál es su verdadera misión como funcionarios del Estado y como representantes del Pueblo.
La propuesta de reducir el periodo congresal a dos años y medio resulta insuficiente.El mandato debería ser por dos años o menos.Ya hemos visto todo el daño que un presidente –hoy presidiario como Castillo– puede hacer al país en menos de dos años.Además, es necesario exigir un mínimo de conocimientos y experiencia para todos aquellos que nos representen. Algunos opinarán que no es democrático; pero ya estamos viendo las consecuencias de las “pelotudeces democráticas”.
La ignorancia nos rodea y eso es lamentable; pero es un hecho que sí existen asesores de todo tipo para llevar al país a un gobierno sin estado de derecho.Para muestras un botón.¿Alguien podría creer que esa idea de comprar a congresistas provino de la mente “privilegiada “de Castillo? Ello sería atribuirle méritos que no le corresponden.Esas son practicas comunes en varios países de la región y es la receta que se aplica disciplinadamente para enquistar dictaduras en los países por todos conocidos.
El hecho es que ese Congreso plagado de “niños” está concentrado en cumplir con su propia agenda a toda costa, ignorando las verdaderas necesidades y urgencias del país.Dina no dejará el sillón presidencial porque iría presa inmediatamente y ella lo sabe.¿Entonces, qué hacer?Invoquemos a aquellos congresistas que son escasos para que vuelvan a plantear las reformas al sistema electoral, exigiendo a los partidos políticos condiciones mínimas para presentar a sus candidatos para cualquier puesto político, que los periodos sean más cortos, así la opinión del pueblo podrá ser escuchada con mas frecuencia.Esto sólo para comenzar.