Escrito por 20:02 Opinión

Este es sólo el inicio, por Raúl Labarthe

i bien han existido muchas irregularidades en el proceso electoral, así como una evidente parcialidad en las autoridades que lo han tutelado, parece que las probabilidades de que Pedro Castillo sea presidente son altas. Hoy en el Perú, en un contexto donde el poder fáctico de una cúpula corrupta se impone frente a quienes únicamente buscan la verdad electoral, sólo queda estar unidos y concentrarse en lo ganado. ¿En lo ganado? Pues sí.

Aunque la banda delincuencial que avaló al Lagarto no haya perdido el poder, y continúe en una bizarra mutación, existe mucho que hemos logrado construir al cierre de esta elección. En primer lugar, mientras que hace unos años criticar a Vizcarra era prácticamente imposible, hoy por lo menos la mitad del país ha despertado. Recordemos que desde el 2018, el Lagarto gozaba de la abrumadora protección de los medios de comunicación y de la ciudadanía que anhelaba ciegamente a un caudillo de mano firme.

Sin irnos tan atrás en el tiempo, en las marchas de noviembre 2020, la ciudadanía aún parecía absorta en una incomprensible defensa férrea del ‘vizcarrato’. Régimen que no sólo destruyó la economía y la salud de los peruanos, sino que abrió las puertas al desarrollo rampante del populismo en el Perú. Hoy, los Lagartos Rojos del Centro son catapultados para ser la nueva organización criminal que tome la batuta de las demandas de refundar la patria desde sus cimientos. Porque, por supuesto, a lo largo de la historia peruana, esto jamás se intentó, ya que (¿cómo no?) no ha habido hasta hoy caudillos tan preparados para esta hazaña revolucionaria.

Pero, en tan sólo 7 meses hemos logrado muchas cosas; quienes jamás estuvimos con la dictablanda de Martín y sus caviares, hoy podemos dormir tranquilos. La oposición está organizada, preocupada y lista para defender la república en caso esta sea amenazada por el golpe de estado que representaría, por ejemplo, una Asamblea Constituyente. O la violación de la independencia del BCR, o la prohibición de la tenencia de dólares, o potenciales expropiaciones. Sería imposible defendernos de ello en un contexto político como el de hace sólo unos meses.

Si bien esto pudo hacerse antes, es lo que tenemos y lo que hemos construido. Este capital político será nuestra arma de aquí en adelante, porque inclusive ganando Keiko Fujimori, la lucha no habría terminado. El Estado está cooptado por mafias de funcionarios y de empresarios. Las instituciones democráticas están desprestigiadas. Creo que esta energía y organización desarrollada en los últimos meses debe plasmarse en un nuevo movimiento que represente a la centro derecha democrática que tanto hace falta en nuestro país.

Es invaluable el esfuerzo de los miles de peruanos de distintas tiendas políticas e ideológicas que han defendido en la democracia en las calles. Apristas, porkistas, desotolovers, fujimoristas, morados arrepentidos, ppcistas, y muchos otros. El centro del mensaje que quiero dejarles en esta columna es el siguiente: no desaprovechemos la energía cinética creada en esta campaña, porque esto es sólo el inicio. La izquierda ha sabido ser oposición hasta ir corroyendo el orden establecido. Si nos toca ser oposición, tendremos también que aprender a sostenerla posición hasta el momento oportuno. Ya despertamos, ahora toca trabajar juntos. ¡Resistid!

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Last modified: 29 de octubre de 2025
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