Escrito por 13:05 Opinión

Boluarte y Montoya, por Fabrizio Tejada

Dina Boluarte, vicepresidente de la República y ministra de Desarrollo e inclusión Social, desde hace varios meses mantiene una agenda de perfil bajo, exenta de fuertes declaraciones. Sabe que es la favorita de los caviares y el sector tecnócrata tibio, que solo piensa en el crecimiento del PBI y el riesgo país. El pedido de que ella asuma la presidencia es algo que he advertido desde estas columnas, ya consumado por personajes tales como Sigrid Bazán y Jaime Chincha.

Recientemente expulsada de Perú Libre por incompatibilidad ideológica e “ir contra el estatuto del partido”, Boluarte ha estado haciendo una muy fina labor en mantenerse lejos de las cámaras y los focos; con gran ayuda, por supuesto, de ese sector selectivamente vociferante que está de su lado. Tal parece que aprendió muy bien de Vizcarra, de hacer trabajo “por lo bajo” para capitalizar apoyo de una izquierda progresista, desencantada y ahora necesitada de una voz que los vuelva a recomponer.

Anahí Durand, exministra caviar, decidió romper filas con el partido que presidía, Nuevo Perú, sabiendo que fue una aventura más de la progresía para obtener una representación propia –y oligárquica, lejos de la izquierda radical provinciana– para seguir siendo asesora en la PCM. Billetera siempre mata ideología para ellos, y de ahí proviene la tirria de Cerrón a esta izquierda caviar limeña: no creen en la lealtad ni en un programa a largo plazo, para sostener el poder y robar más y mejor.

Por otro lado, tenemos a Jorge Montoya, congresista y vocero de la bancada de Renovación Popular, que ha destruido cada opción para vacar a Castillo propuesta por él mismo, armando mociones que, a todas luces, no iban a llegar a buen puerto. En ciertos momentos, parecía que lo hiciera a propósito. Sorprendió a propios y a extraños su adhesión a la medida arbitraria y dictatorial de Castillo de ordenar inmovilización social para Lima el pasado 5 de abril. ¿Será que, ya sea en este desgobierno de Castillo o un eventual desgobierno de Dina, pretende ponerse el fajín de ministro? Muy atentos a los movimientos de estos “líderes” de oposición, que pueden terminar dándole mayor legitimidad a una dictadura socialista.

Si Castillo quería saber qué opina la calle, pues la calle ha gritado más que nunca que debe dar un paso al costado. La interrogante que debemos plantearnos es, ¿qué nos espera con un gobierno de su sucesora constitucional, y si la oposición no estará copiando las formas bolivarianas de ser una oposición oficialista?

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Last modified: 30 de octubre de 2025
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