Escrito por 11:30 Informes

09 de octubre: Un salto al vacío

Tensión, ansiedad, vértigo e incertidumbre. Cuatro palabras bastan para describir la jornada que se vivió este jueves en el Congreso de la República. Un día en que el Parlamento volvió a mostrar su rostro más impredecible: el del cálculo, la supervivencia y la oportunidad.

Todo comenzó en la sesión matutina del pleno. Una de las mociones —impulsada por Renovación Popular— intentó ser presentada, pero fue frenada por el congresista Fernando Rospigliosi. La calma, sin embargo, duró poco.

Minutos después, la bancada celeste anunció que insistiría en presentar una segunda moción de vacancia presidencial. Desde ese momento, el aire político se cargó de electricidad.

A las once de la mañana, los pasillos del Congreso se llenaron de rumores. Las hojas de adhesión empezaron a circular. Firmas de izquierda, de centro y de derecha se mezclaban en un mismo papel. Al mediodía, el número alcanzaba los 60 respaldos. Ese fue el punto de quiebre.

A la una de la tarde, Somos Perú y Avanza País se sumaron al bloque vacador. El tablero político empezó a girar como una ruleta. Con 76 firmas, el escenario ya era incierto. Pero el movimiento decisivo llegó a las tres de la tarde, cuando Fuerza Popular convocó al gabinete ministerial para que explique ante el pleno la crisis de inseguridad ciudadana. Parecía un punto más del orden del día, pero no lo era. Mientras los ministros preparaban sus carpetas, los voceros fujimoristas ya habían cerrado filas.

Minutos después, Fuerza Popular anunció que apoyaría la vacancia y que no asumiría ningún cargo en el nuevo gobierno transitorio. Con ese respaldo, la suerte estaba echada. Los 87 votos necesarios para la destitución ya estaban asegurados.

A partir de ese momento, las firmas se multiplicaron como si el miedo se hubiera evaporado. Bancadas que por meses habían defendido la “estabilidad” del gobierno empezaron a cambiar de discurso.

Antes de que el primer ministro, Eduardo Arana, ingresara al hemiciclo, 125 congresistas ya habían estampado su firma en el documento. Dina Boluarte estaba, políticamente, sola.

¿Golpe o estrategia electoral?

En medio de la euforia, una duda comenzó a tomar fuerza: ¿es legal este procedimiento? El reglamento del Congreso establece que una moción de vacancia debe debatirse al menos tres días después de ser admitida, y que la presidenta tiene derecho a acudir al Parlamento acompañada de su abogado. Pero algunos parlamentarios, decididos a no perder el impulso, sostienen otra lectura: con 104 votos, la vacancia puede concretarse de inmediato. La interpretación jurídica quedó en segundo plano frente al vértigo político.

Una pregunta resulta inevtiable: ¿Por qué ahora? ¿Por qué, después de meses de silencio y tolerancia, el Parlamento decidió empujar a Dina Boluarte al abismo? La respuesta está en el calendario: faltan apenas cinco meses para el inicio de la campaña electoral de 2026. En un país donde la impopularidad presidencial roza el 97%, ningún partido quiere cargar con el costo político de haber sostenido a un gobierno agotado. Las bancadas necesitan des- marcarse, romper amarras y presentarse ante la opinión pública como los “salvadores” de la democracia. Y qué mejor manera de hacerlo que vacando a una presidenta que ya no re- presenta a nadie.

El cálculo detrás del caos

El Congreso no actúa en el vacío. Lo hace mirando encuestas, midiendo el humor social y calculando cada movimiento con la vista puesta en las urnas. La vacancia no fue solo una herramienta constitucional: fue una estrategia electoral.

Para la izquierda, representa la oportunidad de cobrarse la traición de un gobierno que consideran ajeno al legado de Pedro Castillo. Para la derecha, es el intento de limpiar su imagen antes de una campaña en la que el descontento ciudadano será el motor del voto. Y para el centro, la excusa perfecta para desaparecer sin pagar el precio del silencio.

Mientras tanto, Dina Boluarte observó con atención desde Palacio. Su círculo más cercano se fue apagando, reducido al mínimo. Su legitimidad política murió hace meses, pero su caída tiene el efecto de un terremoto. Otra vez, el país enfrentará un vacío de poder. Y otra vez, el Congreso intentará llenarlo.

Last modified: 10 de octubre de 2025
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