Escrito por 13:07 Opinión

El Perú es Fuerabamba, por Fabrizio Tejada

Lo que en un principio -allá por el 2011- parecía ser un modelo sostenible de coordinación y diálogo tripartito entre comunidades, Estado y empresa privada, hoy tiene el peor de los escenarios. El presidente de la comunidad ha declarado que no detendrán la invasión a la propiedad de la empresa china MMG Limited hasta que detengan operaciones y se vayan. “Las Bambas se queda acá”, es el grito desaforado de los comuneros hoy. Y cuando se refieren a “quedarse”, se refieren a ellos y los recursos. El pensamiento es que Las Bambas son ellos, no los trabajadores y muchísimo menos la empresa china.

Echarle la culpa a Castillo de este conflicto sería abusar de la impericia e incompetencia de un hombre que cree que Croacia tiene un conflicto armado con Rusia. Este problema es mucho más profundo. La empresa minera le dio a cada comunero un millón de soles, además de volverlos proveedores del transporte del mineral; todo esto sin contar el precio de las parcelas. Así como lo leen. No solo pagaron un precio por la propiedad, sino que dieron un dinero como gracia, y encima les aseguraron empleos. Por supuesto, los encargados de brindar vehículos a las comunidades sería el MTC, en una supuesta deuda que las comunidades tendrían con el Estado. Solo miremos el caso de Agrobanco para ver cómo quedan las deudas que tienen los ciudadanos que se les conceden créditos con tasas y condiciones muy favorables: el famoso “perro muerto”.

La primera lección que recibimos todos aquellos que estudiamos finanzas es que no importa cuánto dinero tengas, sino cómo lo usas. Hay muchas especulaciones sobre lo que hicieron los comuneros con el dinero concedido, pero lo que sabemos es esto: la minera podrá construir escuelas, pero no un modelo de educación pública de calidad. La minera podrá construir hospitales, pero con especialistas en las ciudades y con apenas ambulancias, no se le da un sistema de salud digno. La minera hizo muchísimo más de lo que pudo, pero el dinero no lo soluciona todo. Faltó mucha capacidad de diálogo y de coordinación por parte de los gobiernos y del Estado en sí, pero no hay mesa de diálogo que pueda suplir una vida digna, a la que tienen derecho todos los peruanos.

El piloto automático del modelo económico, como también concluí en el anterior artículo, nos está pasando una larguísima factura, llena de sangre y lágrimas. Ya es demasiado tarde para cualquier cambio moderado en la forma de gestión pública.

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Last modified: 30 de octubre de 2025
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