Una frase sentenciosa e icónica para quienes defendemos las libertades en el Perú es la que John Philpot Curran, jurista y parlamentario irlandés, dijo en 1790: “The condition upon which God hath given liberty to man is eternal vigilance.”, es decir “La condición bajo la cual Dios ha dado la libertad al hombre es la vigilancia eterna”. Lo que parecía solo una frase retórica coyuntural de aquella época, se ha convertido hoy en una bandera de lucha para quienes creemos fervientemente en la libertad. En el Perú la batalla contra fuerzas oscuras que pretenden apagar las llamas libertaras, no ha terminado y serán puestas a prueba este 2026 cuando el pueblo peruano elija presidente y parlamento para el siguiente quinquenio. La batalla será dura.
Lo lamentable es que muchos no entienden la dinámica de los que no creen en la libertad, que tienen un concepto antihistórico de conducir un país y visten de “ovejas” (rojas) siendo realmente los “lobos” hambrientos que solo quieren engullirse nuestros derechos para dar paso a su propio proyecto ideológico y político socialista, y porqué no, a su proyecto personal de volverse pudientes a costa del dinero de todos los peruanos. Los mas de 300 millones de muertos que han dejado los intentos en el mundo de imponer el socialismo, el sufrimiento de esos pueblos y el obsceno tránsito de estos dictadores en millonarios comprueba la inferencia de “lobos vestidos de oveja”.
Es por eso que los peruanos no debemos olvidar que en la década de los 80, el terrorismo criminal de un sector radical de la izquierda peruana, irrumpió en la vida nacional sin que existiera razones para empezar un ataque artero contra la nación. Por el lado “comunista”, emerge “sendero luminoso” autodenominado “partido comunista del Perú-marxista, leninista, maoísta” (1980 ILA) y luego, como si fuera poco, también salen a la luz de manera violenta los “socialistas” radicales desde el “Movimiento Revolucionario Tupac Amaru” (Fusión del MRTA y el PSR y otros pequeños grupos de izquierda) (1984).
Pero “tomar las armas” para estos grupos criminales de izquierda, no fue ni un acto casual o emocional (como ha pretendido decir un candidato de izquierda) ni el resultado de un acuerdo aislado; por el contrario, esta arremetida armada es parte de un proceso para “tomar el poder del Estado” y así cambiar un país libre por uno sometido a un “sistema socialista y comunista”. Para llegar a este punto, ellos tienen claro que deben transitar por tres estadios dinámicos entre si: 1. La guerra revolucionaria (en el aspecto de las guerrillas y su estrategia de captura del poder), 2. La violencia política, es decir el subvertir el orden, agitar a las “masas” y derrocar el régimen establecido” y 3. Las elecciones democráticas. Si falla una de estas, vuelven a la anterior hasta tomar el poder. Eso, nuestros jóvenes de hoy deben conocer y no deben olvidar.
Por eso nos debe causar sorpresa que un profesor universitario, bonachón, amable, inteligente y con alto puesto universitario como Aníbal Torres Vásquez, se “transformara” de “oveja” en el verdadero “lobo” que era, un agente de la izquierda radical con su lenguaje muy violento que nunca antes le habíamos conocido y que habría promovido hasta el golpe de Estado de Pedro Castillo. Hoy aparece otro anciano “bonachón” como Alfonso López Chau, también ligado al mundo académico, ex rector de una universidad, con un sospechoso pasado de “amistad” y relación con el “MRTA”, que no sabe explicar quién le pidió que escriba un discurso en el panfleto de los terroristas del MRTA en 1989, en pleno desarrollo criminal. Hoy este señor ha convocado a varios “corderitos” rojos que, tarde o temprano, no lo duden, intentarán devorar el país. Estamos advertidos.
