Escrito por 22:08 Opinión

Un poder corrupto y sin control, por Juan Sheput

Desde que hace 5.000 años la Humanidad se fue configurando alrededor de las primeras ciudades y formando así civilizaciones (el Perú está considerado como cuna de civilización), el poder adquirió una especial connotación e importancia, pues se desarrollaba de una manera despiadada, tiránica, llevándose de encuentro lo que hoy se conoce como civilidad. Es por ello que en un principio, con el advenimiento de los primeros filósofos, el control del poder se convirtió en una necesidad. Los padres fundadores de los Estados Unidos vieron en el control del poder, en la división y separación de sus elementos, en los límites a su competencia, un aspecto fundamental que debía quedar plasmado en su Constitución. Ello sirvió de modelo para constituciones de otros países quedando consagrado el principio constitucional de la separación de poderes y de los límites al poder, encarnado este último, en el Poder Ejecutivo.

Siendo un principio nato ¿Qué pasa cuando no se controla el poder? Está demostrado que un Poder descontrolado no genera círculos virtuosos ni bienestar. Todo lo contrario. Un Poder desatado lleva más bien a escenarios de corrupción, al retroceso de los países, al deterioro social. No hay posibilidad de desarrollo con un Poder sin control constitucional ni con los límites que le impone la separación de poderes.

El Perú está sufriendo en carne propia esto. Tenemos en el gobierno a un Poder, el Ejecutivo, sin control. Desde que se asumió el gobierno, la administración que encabeza Pedro Castillo viene desarrollando su agenda sobre la base de hechos consumados. Recibe críticas, pero igual hace y persiste en aquello que le critican. Desde ministros cuestionados, que siguen nombrándose, hasta la invasión de puestos públicos por militantes comunistas o izquierdistas sin capacidad y más bien algunos con prontuario. Insisten exitosamente en el impulso de la Asamblea Constituyente encontrando en el camino a colaboradores de este propósito que creen que se combate una promesa de Asamblea Constituyente con espíritu marketero. El Perú de Castillo, con el poder que ejerce sin cortapisas, va en línea recta hacia su despeñadero.

La pregunta es simple y la respuesta también ¿Por qué Pedro Castillo y sus aliados y partidos siguen haciendo lo que les da la gana? Pues por que el Congreso de la República no cumple con su función. Se niega a censurar a personajes dañinos como el premier Aníbal Torres o de vacar a un presidente que, como Pedro Castillo, ha hecho suficientes méritos para ser vacado. Es increíble que un individuo investigado por liderar una organización criminal se encuentre al frente del país. Nuestro país no puede continuar así.

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Last modified: 4 de noviembre de 2025
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