Escrito por 10:30 Opinión

Monitor Huáscar

“Aquella mañana gris del miércoles 8 de octubre de 1879, el capitán Miguel Grau a bordo del monitor Huáscar se había levantado de madrugada como siempre, habiéndose aseado y afeitado de forma un poco apresurada. Desde hacía varias semanas que se sentía inquieto, preocupado. No dormía bien. Presentía que se acercaba el final de aquella heroica aventura y así se lo había hecho notar en sus últimas cartas a su querida esposa Dolores. Mientras se ponía el uniforme recordó a sus hijos.

Algunos recuerdos de la infancia vinieron también a su memoria: la vieja y calurosa casa de su querida Piura, la sonrisa de su madre, sus primeros viajes alrededor del mundo cuando apenas tenía nueve años, sus amigos, el día que conoció a su esposa, su matrimonio, el nacimiento de cada uno de sus hijos. Por un instante recordó el combate de Abtao y a su viejo amigo Arturo Prat. Extrañas sensaciones. ¡Tantos recuerdos! En ello estaba cuando le informaron que acababan de avistar tres humos que se desplazaban desde el norte hacia ellos, frente a las costas de Antofagasta. Se trataba del blindado chileno Blanco Encalada, la Covadonga y el Matías Cousiño. Salió apresuradamente de su camarote e inmediatamente ordenó una rápida maniobra a toda máquina hacia el sudoeste y que lo mismo le comunicaran mediante señales, a la corbeta Unión que acompañaba al monitor.

Sin embargo, pasadas la siete de la mañana, se divisaron otros tres humos, esto es, tres barcos que avanzaban desde el noroeste. Se trataba del blindado Cochrane y otros dos barcos chilenos que no alcanzaron a identificar. Ordenó virar hacia el este aumentando la velocidad. Lamentablemente la velocidad del Cochrane superaba a la del Huáscar y poco a poco el cerco sobre el pequeño monitor se iría cerrando. En breves minutos tomó una heroica decisión: salvar la corbeta Unión. Él se quedaría para luchar hasta lo último. Estaba decidido. Fue en ese momento que una gran paz y serenidad envolvió su alma como nunca la había sentido. Había tomado una decisión y sabía que era lo correcto. Ordenó que se comunicara a la Unión para que metiera prisa a las maniobras y que a toda velocidad escapara rumbo norte. Estaba seguro de que lo lograría, pues era una nave muy rápida. El Huáscar se enfrentaría solo a los poderosos buques chilenos.

Con cariño y cierta nostalgia, miró a la distancia hacia la hermosa corbeta, despidiéndose mentalmente de su viejo amigo el comandante Aurelio García y García. Nunca más se volverían a ver en esta vida. La Unión nunca caería en manos chilenas. Mirando cariñosamente y con determinación a su ayudante, el teniente Diego Ferré, ordenó zafarrancho de combate y el izamiento del pabellón de guerra. Volvió a su camarote, ordenó algunas cosas y miró la estampita de Santa Rosa de Lima que estaba al lado de su cama, cerró por unos segundos los ojos y se encomendó con devoción a la santa. Luego salió de su camarote para dirigirse al puente de mando. Nos encontramos saliendo a la cubierta del Huáscar. Me miró cariñosamente, me puso la mano en el hombro. “Ve a tu puesto de combate, Mariano. Cumple con tu deber. Lo que hoy verás, nunca lo olvidarás. Esto se pondrá bueno”. Esbozó una ligera sonrisa y siguió caminando tranquilamente dirigiéndose hacia el puente de mando… a encontrarse con su destino.”

Estos son los primeros párrafos de mi próxima novela “Monitor Huáscar”, que, a modo de homenaje a Miguel Grau, vengo escribiendo en estos días para ser publicada a mediados del próximo año. Constituirá el tomo previo de “Amanece en Arica”, mi primera novela, publicada recientemente y presentada en la pasada FIL 2025. Vayan estas líneas en recuerdo de aquella gesta heroica de Grau, el cual sabiendo desde un principio que tarde o temprano sacrificaría su vida por la patria, no dudó ni un instante en enfrentarse a su destino por amor al Perú. Hoy que la corrupción, el egoísmo y la angurria de poder y riqueza inunda a la gran mayoría de autoridades, instituciones y a la denominada clase política peruana, vayan estos párrafos en homenaje a Miguel Grau y a modo de recordatorio a todos los peruanos, que no todo es corrupción y delincuencia en el país, sino que hombres virtuosos como Grau, que aman al Perú sobre todas las cosas, existen muchos en el Perú. ¡Que el ejemplo y heroísmo de Grau perdure para siempre!

Etiquetas: , , , Last modified: 8 de octubre de 2025
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