Las Naciones Unidas (ONU) fue instituida con el claro propósito de preservar la paz en el largo plazo, luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial. La derrota del fascismo y del nacionalsocialismo en Europa; sin embargo, no significaron el fin de los totalitarismos en Europa y otras partes del mundo.
La URSS tomó el control político en Europa del Este, influyendo políticamente desde el Kremlin en América Latina. La revolución bolchevique de 1917 apostó por el internacionalismo, asumiendo protagonismo creciente en América Latina.
El debate ideológico entre comunismo y aprismo en líneas generales marcó la política peruana y latinoamericana. La formación de partidos de frente único propuesta por Víctor Raúl Haya de la Torre recusó la formación de partidos de clase, ávidos de poder para imponer “dictaduras del proletariado” e impulsar la transformación revolucionaria según los preceptos marxistas leninistas de la época.
El imperialismo había sido definido por Lenin como la fase superior del capitalismo, por el contrario Haya de la Torre señaló que en nuestras incipientes economías capitalistas latinoamericanas, el imperialismo representaba la fase inicial del capitalismo. Dos miradas distintas marcaron el derrotero político e ideológico en el Perú y en numerosos países de la región. La revolución mexicana (1910) no fue marxista y menos leninista, estallando varios años antés de la toma del poder por los bolcheviques.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial prevaleció la libertad sólo en una parte de Europa, subsistiendo gobiernos autoritarios en América Latina. El imperialismo norteamericano en ese entonces no promovió gobiernos democráticos, por el contrario mantenía relaciones cercanas con tiranos centroamericanos y sudamericanos.
El APRA recupera su libertad en 1945, luego de un largo período de persecución, siendo declarado nuevamente partido proscrito en 1948. Por su parte en Venezuela, el gobierno presidido por Acción Democrática será derrocado, imponiéndose la dictadura de Pérez Jiménez durante varios años. A su vez en Costa Rica, José Figueres sentará las bases de una revolución socia a partir de 1948. He señalado estos casos para poner de relieve cómo el accionar político norteamericano tuvo su antitesis en el surgmiento de partidos antimperialistas no adscritos al comunismo internacional.
El discurso de Donald Trump pronunciado —hace solo unos días— ante la Asamblea General de las Naciones Unidas merece ser analizado. Desde el gobierno del presidente Carter, Estados Unidos ha tenido un vivo interés en alentar la democratización en América Latina. Son relevantes el retorno a la democracia en Perú (1980), Argentina (1983), Brasil (1985), Uruguay (1985) y Chile (1990). Estados Unidos con la excepción de la invasión a Panamá en 1989, ha virado su actuación en la región.
Hoy las tiranías de Cuba, Nicaragua y Venezuela reprimen a sus pueblos. El megafraude del 28 de Julio 2024 en Venezuela puso de manifiesto la actitud pusilánime de la Organización de Estados Américanos e incluso de las Naciones Unidas. El sistema internacional demuestra sus debilidades, no siendo capaz de proponer salidas y alternativas para poner fin a guerras, invasiones, fraudes electorales o tiranías.
Las Naciones Unidas con sede en New York tiene una frondosa burocracia y un sistema de agencias con presencia en diversidad de países y latitudes. La Guerra Fría concluyó hace décadas, se ha multiplicado el número de Estados miembros de Naciones Unidas. La contribución económica del gobierno de Estados Unidos es fundamental. La visión del presidente Trump es crítica, respecto al globalismo, a la Agenda 2030 y a las políticas de “fronteras abiertas”.
Trump es un líder nacionalista contrario a la perdida de soberanía de los Estados, decidido a imponer aranceles diferenciados como arma de negociación política. El Consejo de Seguridad carece de liderazgo e iniciativa ante un mundo cambiante. El derecho de veto, limita la adopción de acuerdos entre sus integrantes.
Estados Unidos descarta la acción militar para poner fin a la tiranía de Maduro, sin embargo parece que el gobierno norteamericano está decidido a presionar de modo disuasivo, hasta lograr un desenlace político en Venezuela en el plazo más breve.
Las Naciones Unidas caerían en la insolvencia si el gobierno de Donald Trump limita los aportes y contribuciones de manera sustancial.
Donald Trump no duda en proponer un Acuerdo de Paz, retando el accionar demencial de Hamas y limitando el despliegue militar de Israel sobre la Franja de Gaza. Si Francia y más de 140 países, reconocen al Estado de Palestina, actuando virtualmente de forma declarativa, sin embargo son incapaces de proponer acuerdo de paz alguno. Lo ocurrido el 7 de Octubre 2023 demostró la vocación terrorista de Hamas, más aún se podría asegurar que el pueblo palestino es cautivo de un grupo armado violentista.
La causa palestina genera adhesiones, por el contrario el gobierno de Israel es visto como agresor en extremo. Una vez más queda demostrado como el accionar terrorista es tomado casi como una acción legítima por parte de la comunidad internacional. El pueblo palestino anhela la paz y el Estado de Israel tiene derecho a defender su seguridad.
Espero que más pronto que tarde, sea posible poner fin a la invasión rusa en Ucrania, restablecer la paz en el Medio Oriente y poner fin a las tiranías en América Latina.
Last modified: 5 de octubre de 2025