Escrito por 08:49 Opinión

Los que queremos paz siempre seremos más, por Raúl Labarthe

El domingo pasado, junto a muchos otros peruanos, marché por la democracia. Me dio gusto ver a figuras conocidas que apoyaron la marcha. Pero más gusto me dio ver que la marcha alcanzó las 10 mil personas. Todos juntos salimos a decirle que no al comunismo de Cerrón y Castillo. Al veneno de odio y división inyectado en el ambiente político del Perú. A decirle que NO a un lagarto rojo. A un nuevo Martín Vizcarra que volverá a engañar al pueblo para empobrecerlo y condenar su futuro. ¿Pero cómo hemos podido llegar hasta aquí? Les cuento.

El régimen de Vizcarra fue un régimen populista, que denigró al congreso, que hizo todo para cerrarlo, que usó el odio y la mentira para gobernar. Empoderó a la izquierda, la cual ni siquiera fue electa en el 2016. Ocuparon un lugar que nunca les correspondió. Lugar eso sí, otorgado ilusamente por PPK. Si bien el fujimorismo exageró en su oposición, también me pareció siempre que a Keiko no se le reconoció el derecho de utilizar su mayoría para exigir un lugar en el gobierno. En una democracia, el congreso no tendría por qué tener un rol de sumisión frente al presidente. No elegimos a un dictador cada 5 años. Se debió pactar un co-gobierno entre ambos.

La democracia es convencer y consensuar para cambiar. No aplastar a tu oposición. Hay que defender a las instituciones así los individuos que las compongan no den la talla. El riesgo de desprestigiarlas es el caos y el salvajismo que vemos hoy.

A estas alturas, ya da lo mismo de quién fue la culpa. Pero esto desprestigió a toda la clase política; no sólo a Keiko, sino también a los caviares quienes quedaron al mando luego de la vacancia de PPK. Estos caviares que por poder han sido capaces de todo tipo de maquiavelismo político. Hoy, ellos piden a Keiko un mea culpa sin hacer el propio. Fallaron apoyando al corrupto de Vizcarra que destruyó la economía, que regaló el país a la izquierda, acostumbró a los peruanos al populismo, y que hoy conspira contra el actual proceso electoral. Cerró un congreso. Y en una democracia, no es Vizcarra o Pedro Tirapiedras quien representa al pueblo, es el congreso con sus múltiples fuerzas proporcionales a la población.

Y si no creemos eso. Si tú estás dispuesto a decir que el congreso no es el símbolo más fundamental de la democracia; entre Castillo y tú, no existe mucha diferencia. Si creemos que la democracia es ilegítima el siguiente paso son las armas (o las marchas violentas…). La democracia es convencer y consensuar para cambiar. No aplastar a tu oposición. Hay que defender a las instituciones así los individuos que las compongan no den la talla. El riesgo de desprestigiarlas es el caos y el salvajismo que vemos hoy. Lo dije muchas veces y me dijeron de todo. Que no sabía nada. Y a pesar de que podría decirles que se lo se merecen, a muchos de los que apoyaron a Vizcarra, no actuaré como Castillo.

Eso es lo que vemos hoy. El desenlace de una constante pérdida de respeto a las instituciones. Pero aún quedamos personas que no queremos un proyecto de lucha de clases. De odio. De demagogia. De violencia. Nosotros también somos el pueblo. El pueblo no tiene en sí mismo voluntad. Somos personas individuales, cada una con su identidad, sus sueños, sus aspiraciones y sus derechos. El colectivismo y el clasismo es ciego y enfrenta. Algunos querrán decirme que quiero la paz porque este sistema me privilegia. La verdad es que no. Les cuento algo personal.

Más allá de los esfuerzos de mi familia de darme un buen colegio, yo trabajo desde los 18 años. Primero entré a la Universidad Agraria La Molina, luego me cambié a la Universidad de Lima. Estudié mucho para estar becado. Como muchos otros peruanos, desde los 23 años pagaba todos mis gastos salvo la universidad, que gracias a Dios mi padre me ayudó a pagar. Conocí en mi carrera por ambas universidades gente de todos los lugares del Perú que estudiaban conmigo. Por eso creo en la meritocracia. Uno siempre puede estar desagradecido de lo que tiene. Pero el resentimiento se alimenta de algo muy poco sabio: la falta de agradecimiento a la vida. Por eso tengo fe que este domingo los que queremos agradecemos a la vida seamos más. ¡Viva el Perú!

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Last modified: 29 de octubre de 2025
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