EntrevistasJueves, 24 de diciembre de 2020
“Hay que pensar siempre en lo macro, en el largo plazo”

Como sabe, la sangre que nuestros pueblos -el colombiano y el peruano han derramado- es un vínculo de sangre y dolor que nos hermana. A varios años ya de proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en su país... ¿Cómo evalúa estos sucesos?

Voy a empezar por la conclusión. En mi concepto, no hubo proceso de paz, sino un proceso para favorecer con impunidad a unas personas. Con un altísimo costo institucional. El país sigue con enormes dificultades derivadas de ese proceso. Le voy a poner en cifras algunas: más de 200mil hectáreas de coca y con restricciones constitucionales que dejó el anterior gobierno que dificultan, por ejemplo, la fumigación de la coca.

Las FARC tienen hoy activas -en armas- 4500 personas, entre los que están en el monte -en el ejercicio terrorista- y los que los están apoyando. Y otras fuerzas como el Ejército Nacional de Liberación (ELN) que estaba desaparecido y bandas criminales que eran muy pequeñas han crecido.

Esa impunidad total del gobierno anterior en Colombia lo que hizo fue generar un mal ejemplo y generar nuevas violencias. Con esa dificultad estamos viviendo hoy en Colombia.

En tiempos recientes, previos a la pandemia, parecía todo indicar que una primavera de libertad estaba floreciendo en América Latina; sin embargo, lo que hoy vemos es el nacimiento de nuevos bríos populistas. ¿Le parece que algunos gobiernos están utilizando la pandemia para recortar libertades y para ampliar aparatos estatales?

Yo diría que no es el momento como para introducir ese tipo de manejos, sino para expandirnos. Pero, por ejemplo, yo tengo que salir en defensa del gobierno de Colombia. Este es un gobierno totalmente respetuoso de las libertades y del orden constitucional. Este gobierno, incluso, por respeto a la Constitución ha debido respetar acuerdos espurios que el pueblo colombiano derrotó en un plebiscito: un acuerdo entre el gobierno anterior y las FARC, el grupo narcoterrorista FARC. Que los elevaron a la Constitución de Colombia y que desconocieron un plebiscito en el año 2016 que le dijo “no” a esos acuerdos. El presidente Duque ha sido completamente respetuoso de la Constitución y de las libertades y venía avanzando mucho en la recuperación de la Economía en enero y febrero, una Economía que hace dos años estaba postrada. Gracias a las acciones y decisiones del presidente Duque, nuestra Economía creció en enero y febrero de este año al 4.1% y la inversión extranjera directa creció en un 52%. Por supuesto, esto no se alcanzo a notar porque sobrevino la pandemia. Pero en esta época de la pandemia se ha hecho un gran manejo, con gran compromiso. El presidente ha manejado bien la salud y está haciendo un esfuerzo enorme para atender la crisis social, para que el país no tenga hambre, para que Colombia salga de esta pandemia con menos confrontación, con más solidaridad, con más cohesión social. Porque ese va a ser un elemento de psicología colectiva fundamental para ponerle piso firme a la recuperación económica. O sea que, si me toca hablar de mi país le tengo que dar ese testimonio.

¿Considera que hoy se vive una democracia plena en el Perú?

Yo no puedo entrar a emitir esos juicios. Yo al referirme al Perú tengo que hacerlo con inmenso cariño, con inmenso aprecio. A mí me correspondió entenderme con los gobiernos del presidente Toledo y del presidente García y tuvimos excelentes relaciones. Mantengo gratitud con el Perú, aprecio por toda su ciudadanía y yo confiaría en que cualquier dificultad que viva el Perú, la podrá superar. Lo digo de todo corazón.

Cambiando un poco de tema: son varios los expertos que han señalado que esta bien podría ser la mayor recesión económica en la Historia de América Latina. Otros -sin duda, varios menos- han dicho que esta, fuera de ser una desgracia, es una oportunidad. ¿Cómo lo ve usted?

Yo veo desgracia y oportunidad. No veo que sean realidades contrapuestas. Cuando, por ejemplo, el presidente Duque recibió un país con tanta violencia y con una economía que venía postrada desde el 2014, con unos impuestos elevadísimos, con una empresa privada asfixiada y con una pobreza cuya reducción también se había congelado en el 2014, el presidente empezó a recuperar muy bien el país. Entonces, la pandemia es una desgracia porque para ese proceso de recuperación. Pero es también una gran oportunidad. Creo que ha dado la oportunidad de hacer ajustes para mejorar la salud, ha dado la oportunidad para que los colombianos -liderados por el gobierno entendamos que tenemos que ser más solidarios. Ha dado la oportunidad de entrar a hablar de cómo atendemos a los sectores más vulnerables.

El presidente ha fortalecido herramientas sociales que venían de atrás, -me da pena decirlo- que impulsó mucho mi gobierno. Yo tenía tres guías en el gobierno: i) seguridad democrática, ii) confianza para el inversionista y iii) cohesión social y las tres funcionaron totalmente sincronizadas. Hoy el presidente Duque ha fortalecido esas herramientas sociales y ha creado nuevas herramientas: Colombia tendrá tres días en el mes de julio en los que los ciudadanos podrán comprar sin IVA (Impuesto al valor agregado: 19%), ya se empezó a devolver el IVA a los sectores más pobres. El presidente Duque ha creado una figura que se llama “ingreso solidario” con la cual va a llegar a no menos de 15millones de colombianos de los estratos más pobres. Entonces, también se da una oportunidad.

Ahora, es el momento de pensar lo siguiente: esta crisis hay que atenderla con gran criterio social, pero sin dejar que acabe con las empresas. Por ejemplo, yo no he estimulado aquí propuestas de un lado que lo que quiere es crear impuestos expropiatorios -confiscatorios- a las empresas y a los empresarios, como tampoco he aceptado las tesis que quieren quitarle derechos laborales a los trabajadores aprovechando la pandemia.

Nosotros hemos hablado de una economía fraterna, de acuerdos fraternos. Nosotros hemos hablado de un país que tenga menos impuestos para las empresas y mejor remuneración para los trabajadores. Hay que poner de un lado al estado burocrático e ineficiente -macro cefálico y gigantey de otro lado el dúo de empresas y trabajadores y decimos: ese dúo de empresas y trabajadores asigna los recursos mucho mejor que el Estado.

Yo creo que esa visión fraterna de la Economía ayuda a confrontar a ese socialismo fracasado que gira alrededor de un Estado gigante, un estado enorme. Un Estado macro cefálico: con una cabeza grandotota y con unas extremidades muy débiles y que no es capaz de resolver los problemas de la base. Entonces, sí: hay una oportunidad para pensar en todo esto.

Por ejemplo, cuando uno lee a economistas que no están en contra de la actividad privada, pero que están en la empresa de reformar el capitalismo, uno también entra en discrepancias con ellos. Yo no creo que la solución sea más impuestos y más gasto público. Yo creo que la solución es más empresa privada, más educación, menos gasto burocrático, más gasto social, mejores oportunidades para el emprendimiento y mejores oportunidades para los trabajadores. Con una política educativa que sea de vanguardia social. Podemos repensar todo eso. Por ejemplo, en este momento, en Colombia con los colegios cerrados -y me imagino que en el Perú está pasando lo mismose ha creado la necesidad de acelerar todo lo que es la educación digital. Nuestro partido está proponiendo que las 40mil escuelas de Colombia queden conectadas. El presidente Duque había aprobado una ley de telecomunicaciones muy importante. En una primera etapa se van a conectar 10mil escuelas, pero son 40mil. Que cada muchacho que termine el bachillerato pueda ser graduado como bachiller técnico y como bachiller académico, que para graduarse tengan que haber cursado algunas materias en programación de computadores y que se puedan defender en cualquier parte del mundo. Yo creo que la pandemia tiene la virtud de ser un factor acelerador de esa visión.

¿Cree que en el mundo -y más en nuestro mundo: desde el río Grande a Ushuaiase va a volver a vivir como antes? ¿Qué cree que quedará de lo viejo y que traerá lo nuevo?

Yo creo que vamos a tener que vivir con más disciplina, con más austeridad, con menos deseos de consumismo. Yo creo que vamos a tener que acelerar todo lo que es el trabajo digital y la educación digital. Yo pienso que para un lado que odia la empresa privada, esta es la oportunidad de reflexionar sobre la necesidad del emprendimiento privado. Y para otro lado, que desprecia la solidaridad, toca pensar que sin ella no es posible darle sostenibilidad a la empresa privada.

Pasando a revisar el mundo: ¿Cómo juzga esta situación en la que se han colocado los Estados Unidos y la China? ¿Vuelve a caminar el mundo hacia una situación de bandos antagónicos?

Yo diría que entre los Estados Unidos y la China puede haber más antagonismos políticos, pero menos antagonismos económicos. Creo que esto de los aranceles puede ser coyuntural. Finalmente, China dijo, desde los años 80, “necesito de la empresa privada”.

Ahora la pregunta que uno se hace es si China va a acabar con la empresa privada. Y yo creo que no. Porque ese camino es el que le ha permitido pasar de ser un país con mil millones de habitantes en la pobreza a uno con 600millones con bienestar y con posibilidades para que los otros 600 o 700millones alcancen la misma condición.

La otra pregunta es: ¿va China a permitir plenamente las libertades democráticas? Eso es lo más incierto. Muy difícil la respuesta. Ahora, examinar en el corto plazo una evolución china es imposible. Ellos son herederos de pensamientos y movimientos milenarios. Para mí es una excepción en la Historia china lo que pasó tan rápido entre 1948 y 1989. Es un periodo muy corto entre Mao Tse Tung -todo el impulso al socialismo, toda esa masacre en nombre del comunismo- y después toda la revolución por incorporar la empresa privada.

Esa excepción es, de todos modos, enorme. No puede hacernos perder de vista ak punto central: China es una nación que piensa a muy largo plazo. Yo diría que China no va a acabar con la empresa privada porque ha sido la fuente de su bienestar. Pero no estoy en condiciones de decir qué es lo que va a pasar con el tema de las libertades. Y mientras los Estados Unidos y China tengan como gran elemento común la empresa privada, el antagonismo no será radical.

Entonces, para quienes asumen la posibilidad de una nueva guerra fría… ¿Cree que el hecho de que el gato de Den Xiao Ping se haya comido a todos los ratones de todos los colores es una condición que mitiga la escalada en las tensiones?

Siempre hay factores. Por ejemplo, cómo no nos va a preocupar Venezuela. Colombia tiene 2216 kilómetros de frontera con Venezuela -y 1600 con el Perú- y si usted ve el mapa, el trayecto del Perú a Venezuela es muy corto, a pesar de que no son países limítrofes; está el tema de Corea y también está el Medio Oriente. Está Nicaragua. Está Rusia. O sea, siempre hay factores que atraen a Rusia, a Estados Unidos o a China y que se mantendrán como factores de contradicción y de conflicto.

Pasando, si nos lo permite, a un aspecto un poco más personal. ¿Cuál fue la lección más importante que aprendió mientras ocupó el poder? Usted ha pagado como muchos el costo de hacer política… ¿Lo volvería a hacer?

¡Hombre! Aprendí, claro. Aprendí y lo reafirmo: hay que tener una visión. Hay que pensar siempre en lo macro, en el largo plazo.

Pero hay también que estar como un carpintero en lo micro. Eso lo volvería a hacer. A mí me criticaban mucho porque yo hablaba de macro visión y micro gerencia. Yo decía “pensemos, meditemos, teoricemos, pero vamos con el alicate y con las herramientas: macro visión y micro gerencia”. Ahora, mirando hacia atrás, donde no apliqué la micro gerencia es donde se pudo haber dado el mayor cúmulo de errores de mi gobierno. Y yo no dejé a Colombia convertida en una maravilla. Pero en esos años el país pasó de 28mil asesinatos al año a 15mil, bajó a 40mil hectáreas cultivadas de droga, pasó de 3mil secuestros al año a 200, pasó de un ingreso per cápita de 2mil dólares a un ingreso per cápita de más de 6mil dólares. Bajó la pobreza del 50% al 37%. Y si no hubiera sido por la crisis internacional del 2009 y por Chávez -a quien confrontamos y nos toco muy solos dar esa batalla, la de confrontar al Socialismo del Siglo XXI-. Nosotros lo confrontamos por sus violaciones a la democracia y porque protegía al terrorismo colombiano en Venezuela. Su desquite fue cerrarnos los mercados. Y el desmonte del narcotráfico aquí tuvo un costo económico y social enorme: manejaban unas pirámides financieras gigantes. Si no hubiera sido por eso, nosotros hubiéramos dejado la pobreza en menos de 20%.

Y luego terminó nuestro gobierno y siguió la economía muy bien hasta que modificaron las reglas; pararon la Economía. La pobreza en nuestro gobierno queda en el 37%, sigue bajando hasta el 27% y ahí se congela. Y ahora que el presidente Duque estaba volviendo a llegar a la velocidad de disminución de la pobreza, se atraviesa la pandemia. Pero tengo una esperanza.

Mire, cuando yo comparo a los Estados Unidos hoy con Colombia digo, quizás el presidente Trump tiene una enorme dificultad: no le alcanza el tiempo para mostrar la recuperación de la Economía, pero tengo la confianza de que al presidente Duque sí le va a alcanzar el tiempo para mostrar la recuperación de nuestra Economía y el buen manejo de la pandemia.

Terminemos. Presidente: el Perú es uno de los países más pobres y con mayor número de pobres en la lista de las naciones con más contagios de Covid-19. Son, quizás, los tiempos más difíciles para nuestro país en décadas. ¿Qué mensaje le daría usted al pueblo peruano?

El Perú empezó esta pandemia con un endeudamiento del 26%, eso le da una gran ventaja. Colombia -y el presidente Duquerecibió un endeudamiento del 56%, una gran dificultad. El endeudamiento del 26% del Perú y un tradicional buen manejo macroeconómico le permitirían al Perú hoy mejorar las condiciones de salud, atender bien la pandemia para que no haya hambre y poner bien las bases para una gran recuperación económica. Desde afuera, lo que nosotros hemos leído en el Perú en muchos momentos es un ejemplo económico. El Perú no puede fallar.