OpiniónDomingo, 18 de abril de 2021
Mensaje a nuestros lectores

Hemos cumplido un año ininterrumpido de publicación diaria de nuestro periódico digital. El Reporte surgió de la preocupación por las peligrosas acechanzas que se han presentado al contrato social expresado democráticamente en la Constitución de 1993 que permitieron al Perú desarrollar una vibrante clase media, una vigorosa la reinserción en la economía mundial, una ansiada obtención del grado de inversión y, sobre todo, la posibilidad real de que seamos un país de primer mundo donde nuestros hijos puedan cumplir sus sueños. En particular, nos alarmó la grieta a nuestro edificio jurídico producto de la disolución, anticonstitucional en nuestra opinión, del Congreso en septiembre del 2019. Dicho evento fue como el gol con la mano de Maradona a Inglaterra en el mundial de 1986 que fue validado por árbitros que no vieron la falta. Del mismo modo, algunos miembros del Tribunal Constitucional no vieron y no quisieron ver la absoluta ilegalidad de dicha disolución. Esa grieta, llamativa y evidente, no ha destruido todavía el edificio constitucional. Estamos a tiempo de resanar esa grieta para asegurar la robustez y la legitimidad del funcionamiento de nuestras instituciones. La gimnasia democrática de los últimos cuarenta años, con sus marchas y contramarchas, ha ido fortaleciendo los flácidos músculos de nuestras instituciones que empiezan a gatear, a caminar y en algunos casos a correr, como es el caso del Banco Central de Reserva con Julio Velarde. En el 2009, en un seminario en la Universidad de Georgetown, tuve la oportunidad de almorzar con Arturo Valenzuela, chileno-americano que era Secretario de Estado para América Latina de Estados Unidos. Al preguntarle sobre el caso de éxito de Chile que había triplicado su PBI y le tocaba las puertas al mundo desarrollado, me respondió que todo el mundo pensaba que había sido obra de los “Chicago Boys” que habían modernizado la economía. Sin embargo, esa era solo parte de la historia. La otra, según Valenzuela, fue el fortalecimiento y la modernización de sus instituciones como el Poder Judicial, el Congreso, así como los gremios privados. Esta titánica labor en el sector público fue desarrollada por los denominados “Georgetown boys” que eran chilenos formados en ciencias políticas en las mejores universidades del mundo que introdujeron las mejores prácticas de gobernanza política y social. De esta manera se generó riqueza y se aseguró el funcionamiento pleno de un estado de derecho predecible y serio generando un entorno fértil para la libre iniciativa privada, el respeto a la propiedad y una cultura ciudadana meritocrática. En ese espíritu, la misión de El Reporte es ser un medio de comunicación digital cuya prioridad es la creación de contenidos de calidad, así como una respetuosa, serena y firme defensa de valores como la libertad, la familia, la peruanidad y la integridad tanto en el sector público como en el privado. Para ello, brillantes columnistas escriben opiniones diversas cuyo denominador común es contribuir de manera decidida a elevar el nivel del análisis político, económico y cultural en el Perú. Eso nos anima a madrugar todos los días para ofrecerles un diario digital ágil, con contenidos relevantes que les permita, junto con todos los peruanos, estar atentos y vigilantes del desempeño de nuestros políticos y tener los mejores elementos de juicio para estar adecuadamente informados. Nuevamente, les agradecemos por habernos leído y acompañado en nuestro primer año. Nuestro reconocimiento a todo el equipo de El Reporte por su dedicación, por su profesionalismo, pero, sobre todo, por su compromiso con un Perú ganador, libre de analfabetismo económico y político. Esa visión, queridos lectores, nos motiva a servirlos todos los días. ¡Viva el Perú!