OpiniónJueves, 28 de julio de 2022
Yo me quedo en el Perú hasta la muerte, por Joaquín de los Ríos

Yo me quedo en el Perú, porque el Perú me ha dado todo lo que tengo y lo que soy, por ello ni la muerte hará que deje mi patria, mi casa. No voy a permitir que un gobierno que ha demostrado estar más del lado del hampa que del pueblo, me bote o convierta nuestro país en una Venezuela o una Cuba.

Yo me quedo en el Perú, porque para mí, el Perú puede ser un país de primer mundo, ya que tenemos todo para serlo (desde materias primas, maravillosas personas trabajadoras, emprendedoras, creativas y buenas, hasta una estabilidad macro económica que se ha construido en los últimos treinta años), pero para poder seguir trayendo riqueza a nuestro pueblo y ser líderes en el mundo es imperante regresar a un Estado que no sea ideologizado, que no sea el ogro (repleto de incompetentes, filo terroristas, odiadores, corruptos y delincuentes) como el que nos gobierna actualmente y que está tumbando todo lo logrado.

Yo me quedo en el Perú, no solo porque lo amo (a pesar de que muchos amigos y familiares ya están migrando), sino porque muchas personas que pueden migrar sin problemas, y otros que no lo pueden hacer, demuestran día a día su amor por el Perú, quedándose y luchando en su tribuna por nuestra libertad y por un país próspero y sin los odios que nos intenta instaurar el actual gobierno y el partido Perú Libre, así como los grupos comunistas y de “caviares”, que lo único que desean es asaltar a los peruanos. Por ello tengo esperanza de que aún tenemos muchos patriotas.

Yo me quedo en el Perú, porque como se empieza a conocer, muchas empresas han trabajado más que los últimos gobiernos, pero erróneamente siempre lo han hecho callados, lo que ha generado que nunca los empresarios sean bien vistos, pero ya conociendo su actuar, es justamente el empresariado quien debe entrar a hacer política privada o pública y no seguir con el síndrome de la gallina muda, la que pone muchos huevos, pero no cacarea. Las circunstancias han hecho que en los últimos meses todo empiece a cambiar y está haciendo que muchos empresarios y ciudadanos en general de todas las edades, por un acto de responsabilidad, por fin empiecen a pensar en entrar en política, lo que considero va a cambiar el país para bien, siempre que nos libremos de nuestros actuales gobernantes.

Yo me quedo en el Perú, porque no voy a permitir que sigan azuzándonos, que nos tomen el pelo y que jueguen con nuestros sueños y esperanzas. Si debemos sacrificarnos y dejar todo por nuestro país, así será, pero nuestra vejez (¡y Dios quiera que logremos llegar!), así como el futuro de nuestros hijos, nietos y las generaciones venideras, debe ser en un país donde reine la paz y donde uno sienta el orgullo que Miguel Grau nos enseñó a sentir por el Perú.

A mis bisabuelos y sus familias, Juan Velasco Alvarado les quitó todo lo que lograron con duro trabajo por décadas y, a pesar de ello, se quedaron, volvieron a surgir y siguieron luchando por su país. A mi abuelo lo secuestro el MRTA por más de quince meses, sufriendo mi familia estoicamente la vesania, secuelas que vivimos hasta el día de hoy; y, a pesar de ello, se quedó y siguió apostando y luchando por el Perú. Por lo indicado es que yo me quedo en el Perú, porque mi familia me enseñó a luchar hasta la muerte por mi país y porque nadie tiene el derecho de sacarme de mi casa.

Te amo Perú y si he de dar mi vida por ti, que así sea, porque más orgullo que morir por defender la libertad de mi patria, no existe.

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