OpiniónDomingo, 31 de julio de 2022
Nuestra Patria, por Joaquín de los Ríos de la Torre

Nuestra amada Patria, tierra de todas las sangres, el Perú de todos los peruanos, cumple doscientos un años desde la proclamación de la Independencia, y doscientos años de República, y una fecha tan especial exige algunas necesarias reflexiones.

La efeméride del primer centenario de la proclamación de la Independencia del Perú, el 28 de julio de 1921, fue presidida y celebrada por todo lo alto, por el Presidente Augusto B. Leguía, quien, a manera de propaganda, uso el nombre de “Patria Nueva” como política general de su gobierno. Todo aquel peruano o extranjero que llegó al Perú y vivió esos momentos disfrutó del orgullo de una Lima bella, con la inauguración de monumentos y obras nuevas, desfiles, eventos artísticos. También se repartieron innumerables objetos de todo tipo, como libros, piezas numismáticas, platería, afiches, entre muchos otros efectos.

Lamentablemente, no podemos decir lo mismo del Bicentenario, que ha pasado casi desapercibido, no solo por causa de la pandemia del Covid-19 que nadie controla, sino por un gobierno incapaz, que, a pesar de contar con amplias arcas fiscales e ingresos provenientes de los altos precios de los minerales, no se ha interesado en lo más mínimo por los ciudadanos a los que debe servir. Menos aún, hemos tenido una Lima y regiones embellecidas para la ocasión, algo que como peruano duele mucho. Una fecha tan importante, debió celebrarse por todo lo alto y servir para demostrar la grandeza de nuestra Patria, de nuestra gente.

Penosamente, lo único que el mundo ha visto es una grave crisis política en proceso de franco agravamiento constante, un país que encabezó la lista de los que peor manejaron la pandemia con cifras récord de muertes, con funcionarios ligados a la corrupción, terrorismo, narcotráfico, comunismo y que, en su mayoría, son incapaces, razón por la que recurren a partidos políticos de cacicazgos improvisados y clientelistas.

Nos encontramos en momentos aciagos, principalmente atribuibles a una crisis de valores en la que están inmersos muchos de nuestros políticos, empresarios y ciudadanos. Su doble moral, su falta de civismo, ha hecho que no se pueda construir una mejor Patria. Lo peor de todo es ver que muy pocos luchan con verdaderos valores republicanos y morales por intentar salvar la gran Patria que hemos debido proteger y que hoy está bajo asalto.

Lo que más impotencia causa y acongoja el corazón, es que en estas fechas patrias aún haya ciudadanos que incentivan el odio de clases -principalmente el gobierno y sus allegados-, aprovechándose de la inocencia, ignorancia o indiferencia de muchos ciudadanos; cuando en realidad, tal como lo han escrito y explicado incontables veces Raúl Porras Barrenechea, Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco y Víctor Raúl Haya de la Torre, el Perú es un país mestizo. Todos los peruanos somos sangres unidas por la conquista de nuestra libertad y almas hermanadas por el amor a la Patria.

No permitamos que ideologías trasnochadas nos dividan a los peruanos e intenten desconocer la riqueza de nuestro valor de mestizos de raza y cultura, que atenten contra nuestras convicciones republicanas, porque esas son las condiciones que nos habilitan para no solo ser una potencia, sino el mejor país del mundo.

Muchos, de pequeños, hemos tenido la suerte de aprender de ciertos nobles y sacrificados maestros y de ciertos miembros de nuestras familias -como la mía, amantes de la política-, el amor y el respeto por nuestra Patria. Así fue germinando ese sentimiento y convencimiento de que los peruanos debíamos estar listos para entregar nuestra vida por nuestro país, somos muchos los que así hemos crecido y que voluntariamente lo aceptamos con gusto y generosidad.

Es la tradición y la nobleza que nos han transmitido, aquellos maestros, familiares y amigos, que nos permiten amar a la Patria sin condicionamientos y respetar a nuestros mayores, en especial a aquellos que están en la historia por su generosidad, privaciones y sacrificios que tuvieron que afrontar, para darnos una Patria libre, incluso para defenderla y salvar su honor frente a un vecino convertido en invasor; aquella que hoy Pedro Castillo, su cúpula incapaz y los caviares, nos quieren robar.

No podemos dejar de mirar con detalle el pasado, para así interpelarnos en el presente y de esta forma modelar conscientemente el futuro que soñamos para nuestra Patria. Especialmente, la historia nos ha enseñado que no podemos actuar en contra de nuestros principios. Hoy, nuestro rol histórico demanda que todas las generaciones actuemos como un solo frente unido para reestablecer la libertad, la democracia y el respeto por nuestras instituciones fundamentales. No permitamos que el asalto que hemos sufrido por este gobierno incapaz, con grandes indicios de corrupción y con actos contrarios a la ley, siga haciéndole tanto daño a nuestra amada Patria e historia, aquella que ellos quieren sangrar y borrar para construir la suya propia, por conveniencia egoísta y delincuencial.

Los que hemos tenido la honra, orgullo y felicidad de hacer nacido en el Perú, debemos luchar unidos sin importar el color político, porque así lo exige la defensa de la libertad y la democracia. Después nos sentaremos a concertar temas distintos, ejerciendo la libertad de pensamiento y expresión, aquellas exigencias mínimas que no podrán siquiera conversarse si los actuales invasores lograsen su consigna de arrebatarnos nuestra libertad.

Cada 28 de julio debemos recordar a nuestros próceres y nuestros héroes, pues sin un San Martín, Bolívar, Grau, Cáceres, Parado de Bellido, Bolognesi, Micaela Bastidas, Giampietri, los Héroes Chavín de Huántar, nuestras Fuerzas Armadas, entre muchos otros, que generan orgullo y gratitud, no tendríamos nuestra gran Patria, aquella que se ha defendido y edificado con la vida de tantos peruanos a lo largo de más de doscientos años.

Finalmente, no podemos olvidar homenajear y sentirnos orgullosos de muchos peruanos que actualmente vienen siendo el ejemplo no solo para nuestros niños y jóvenes, sino para todos los peruanos y el mundo, como por ejemplo Kimberly García (Bi Campeón Mundial de Atletismo), Julio Granda (jugador de élite de Ajedrez), Aracely Quispe (científica de la NASA), Julio Velarde Flores (mejor banquero del mundo), Juan Diego Flores (Mejor Cantante de Ópera), Mario Vargas Llosa (Nobel de Literatura), Sofía Mulanovich (Campeona mundial de Surf), entre muchísimos otras glorias vivientes y también quienes ya no están con nosotros; muchos de los cuales, a pesar de no tener el apoyo económico necesario por parte del Estado, problemas políticos y abandono en muchos casos, han demostrado su valor, esfuerzo y patriotismo. Ellos son quienes: ¡valen un Perú!

¡Que viva Perú! ¡Nuestra Patria! ¡Celebremos una nueva Patria Grande!

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