OpiniónDomingo, 28 de agosto de 2022
La felicidad en los detalles puede cambiar al Perú, por Joaquín de los Ríos

Cuando hice mis prácticas en un estudio de abogados veía todos los días una estampilla en el escritorio de un abogado que tenía una frase que voy a detallar más adelante. En esa época, no le tomé mayor importancia, hasta que luego de unos años, recordando aquella estampilla, empecé a cuestionarme, ¿qué es la felicidad? Hoy, años más tarde, he vuelto a esa reflexión para al fin entender su vinculación con el destino de cada uno de nosotros y de nuestro Perú.

A lo largo de mi vida, he conversado sobre la felicidad con muchas personas, casi siempre recibiendo como respuesta que para ellos ser feliz es tener: poder, salud, seguridad económica, una familia y que no les falte nada, viajar por todo el mundo, un carro y ropa de lujo, vivir en una mansión, poder comprar o hacer tal o cual cosa, llegar a una meta laboral, ganar alguna competencia, que los papás estén vivos, ganar la Tinka, entre muchas otras cosas que en gran medida están relacionadas al éxito económico o a la satisfacción personal.

Aquellos deseos o metas no están mal, pero en muchas ocasiones resultan imposibles, pasajeros o soñadores. Más aún, dependen de factores externos y posesiones que parecen reservadas para momentos extraordinarios, excepcionales. Incluso tantas interpretaciones terminan por agravar la confusión sobre lo que, en mi mirada es, en realidad, la felicidad.

La frase que figuraba en la estampilla que mencioné, decía “La felicidad está en los detalles”. No sé si la referencia es exacta, pero así recuerdo el mensaje; es por ello que, para encauzar esta pregunta que puede acotar subjetividad, y ser objeto de múltiples opiniones e interpretaciones, nos centraremos en la vinculación natural entre la felicidad y los detalles.

¿Por qué la felicidad está en los detalles? Porque la vida está llena de ellos. Los detalles son la vida misma. Con solo diez ejemplos generales voy a intentar explicar mi punto de vista:

1. Levantarse y darle un beso de buenos días a tu esposa, es un detalle.

2. Jugar fútbol, tenis, canicas o videojuegos con tu hijo, es un detalle.

3. Llamar o visitar a tus papás, familia o amigos, para saber simplemente cómo están, es un detalle.

4. Comprar algo que te guste, para ti o para alguien que quieras, sea costoso o no, pero con gusto, es un detalle.

5. Ayudar, sin esperar nada a cambio, es un detalle.

6. Amar y demostrar el amor a tu Patria con toda tu alma, es un detalle.

7. Viajar y disfrutar del lugar, los acompañantes o la historia de dicho sitio, es un detalle.

8. Leer un libro y disfrutarlo, mejor si es respirando aire fresco, es un detalle.

9. Reunirse presencial o virtualmente con la familia, con amigos o con tus compañeros de trabajo, conversando y disfrutando de su compañía, es un detalle.

10. Respetar a las personas mayores de edad, ser cordial con las personas con las que uno se cruza en el día a día, ser un caballero, actuar de manera honesta, decente y cortésmente siempre, es un detalle.

Como habrán podido apreciar de los pocos ejemplos antes enumerados, nuestra vida está compuesta por pequeños grandes detalles, pero depende del esfuerzo de cada uno para hacerlos realidad en nuestro día a día, verlos, apreciarlos y disfrutarlos para sacarles el mayor provecho. No solo hay detalles que se presentan sin buscarlos en nuestras vidas y que nos generan felicidad, sino también hay detalles que nosotros construimos todos los días y a cada minuto, y que podemos propiciarlos deliberadamente. El escribir este artículo, para mí es un detalle que me hace feliz, no solo porque me permite expresar algunas reflexiones, sino porque me da satisfacción pensar que a alguien más le puedan servir estas líneas para empezar a generar sus propios detalles o simplemente ser más perceptivos y disfrutar de los detalles que transitan por la vida.

La felicidad permanente no existe, pero sí se pueden construir muchos detalles todos los días y tener una felicidad cuasi permanente, sostenida, consistente. Habrá también momentos muy tristes, sin duda, así es la vida, pero finalmente serán los detalles los que nos rescatarán de esos valles y nos volverán a elevar a momentos felices.

Los detalles son la felicidad y dependerá de cada uno de nosotros cómo los queramos apreciar y construir. A veces va a costar construir detalles todos los días y a todo momento, pero resulta necesario hacerlo, ya que nuestra felicidad depende de los hábitos virtuosos que forjemos a diario.

La felicidad plena es, por ejemplo, para mí, tener detalles con mi familia y mis seres queridos cercanos y, a su vez, recibirlos sin siquiera esperarlos. Incluso ser feliz con su sola presencia y existencia. Soy capaz de pasar mi vida dando detalles, que es como mi segunda naturaleza y recibir muy de vez en cuando, y de cuando en vez, algún detalle de las personas que amo y aprecio. Sé también que, por todo lo que he construido, mis personas favoritas están dando su cien por ciento.

Aparentemente, en esta oportunidad, mi artículo no ha tratado de la coyuntura política, pero sugiero no ir de prisa, hacer una pausa y considerar esta pregunta, ¿Acaso para que nuestro país mejore y tenga gente decente liderándolo, primero estas personas no deberían estar buscando la felicidad en el lugar correcto? Solo si nuestros gobernantes y políticos encuentran felicidad real en lo que hacen, luego estarán en capacidad de compartirla con los demás, es decir con todos los peruanos. Por eso queridos lectores: ¡Un detalle puede cambiar el Perú!

(1) “Felicidad: Estado de grata satisfacción espiritual y física. Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz. Ausencia de inconvenientes o tropiezos” [https://dle.rae.es/felicidad%20?m=form].

(2) “Detalle: Relación, cuenta o lista circunstanciada. Pormenor, parte o fragmento de algo. Rasgo de cortesía, amabilidad, afecto, etc.” [https://dle.rae.es/detalle%20?=form].

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