OpiniónViernes, 31 de marzo de 2023
Se metieron con el país equivocado, por Joaquín de los Ríos

En 1989, con la caída del Muro de Berlín, y en 1991, con la disolución de la Unión Soviética, Cuba pierde su sostén. En respuesta, la izquierda latinoamericana creó uno nuevo con el Foro de São Paulo, fundado por el Partido de Trabajadores de Brasil, constituyéndose en tabla de salvación para Cuba y portaaviones para futuras ofensivas sobre todo el continente.

Bajo la dictadura Castrista, Cuba aprovechó el Foro de Sao Paulo para sembrar aliados e infectar a toda la región. La apuesta rindió frutos. En 1999, Chávez asume en Venezuela y adopta el mote de Socialismo del Siglo XXI.

La siguiente década fue gloriosa para ellos, casi todos los países de la región eran gobernados por aliados y el 2003 Lula da Silva, fundador del foro, triunfa en Brasil.

Hasta el 2015, la región estaba en manos de la izquierda, pero escandalosos actos de corrupción la desvistieron. La balanza pareció inclinarse a la derecha. Sin embargo, errores, complacencia y putrefacción de una parte de esta hizo que ésta retorne a la izquierda. Esa derecha merece nuestro máximo reproche por su tibieza, por continuar políticas sociales heredadas de la izquierda, entre otras actitudes reprobables.

Aprovechándose de este contexto, el Foro de Sao Paulo radicalizó su enfoque, transformándose el Grupo de Puebla, uniéndose a facciones recalcitrantes, al sector más radical del LGBTIQ+ ,“antirracistas” (hiper racistas con orwelliano disfraz). Su estrategia es contar con el apoyo de minorías, a cambio de algunas concesiones, copar instituciones para así controlar el continente.

Los meas culpas son fundamentales. También reconocer la inaudita irresponsabilidad de la derecha que, por no salir de su zona de confort y creer que la economía marcharía por un camino separado de la política, permitiendo que la izquierda se infiltre en la educación y cultura. Su indiferencia ha puesto la mesa servida para que el continente esté liderado por la ignorancia, el terrorismo, la efervescencia delincuencial, odios, desconfianza y mucha desesperanza.

Este breve recuento es necesario para que entendamos el trágico contexto que vive nuestro continente y se puedan entender las razones que me permiten afirmar que en medio de todo este escenario el Perú es EL bastión de la libertad y democracia, el abanderado de lucha contra el comunismo y terrorismo que está “pechando” al Foro de Sao Paulo, al Grupo de Puebla y al comunismo internacional.

Este es un resumen de las principales razones que hacen de nuestro país un digno representante de la libertad y la democracia:

1. La historia nos respalda: Perú ha vivido una larga historia de conquistas, opresión, colonización, guerras y terrorismo, por lo que sus ciudadanos valoran la libertad, seguridad, propiedad e independencia. La libertad y la democracia se encuentran arraigadas en la identidad nacional y su memoria colectiva.

2. Cultura cívica: La sociedad peruana tiene fuerte cultura cívica, valora la participación ciudadana, el diálogo y la solidaridad. Sus ciudadanos organizados en sindicatos, frentes de lucha, plataformas de información y comunicación, así como en múltiples formas asociativas, en marchas y manifestaciones pacíficas han demostrado ser defensores de los derechos, la democracia y férreos guerreros contra el comunismo disfrazado.

3. Tradición democrática: El Perú cuenta con una larga tradición democrática que se remonta a su independencia en 1821. La democracia ha sido defendida y promovida desde inicios de la República. Los peruanos siempre nos hemos defendido del terrorismo, autoritarismo e ideologías trasnochadas.

4. Sólido modelo económico: Nuestro país ha desarrollado una economía social de mercado orientada hacia la exportación, permitiendo un crecimiento económico sostenido y que existan recursos públicos para atender las necesidades básicas de los peruanos, en especial los más vulnerables. La fortaleza de nuestro Banco Central es clave y merecedora de reconocimiento internacional. Esto ha fomentado el desarrollo de una clase media, trascendental fuerza en la defensa de nuestra democracia.

5. Lucha contra la corrupción: Si bien la imagen de la mayoría de peruanos es que vivimos en una sociedad putrefacta, esa percepción no se corresponde con los importantes esfuerzos desarrollados por una minoría proba. Estas acciones han permitido fortalecer las instituciones democráticas y evitar que se mantengan en el poder movimientos políticos extremistas, terroristas, caviares y los delincuentes por todos conocidos. La mayor demostración de este combate frontal la demuestra el hecho de que todos los últimos presidentes han sido procesados y encarcelados, con excepción de uno que falleció antes de la determinación de su inocencia o culpabilidad.

6. Instituciones democráticas que resisten embates: Las instituciones nacionales como el Congreso, Corte Suprema, Ministerio Público y la Contraloría General de la República, entre otras que, a pesar de sus errores, están siendo fundamentales para la preservación de la democracia en el país.

7. La lucha contra el terrorismo: Fue una guerra contra el comunismo siendo, nuestras Fuerzas del Orden, los héroes quienes enfrentaron a Sendero Luminoso y el MRTA, quienes buscaban imponer un infierno polpotiano en nuestra patria.El terrorismo intentó destruir el Perú, causando miles de muertes, destrucción y sufrimiento. Fue combatido y derrotado, con el apoyo de la población organizada, !Honor y gloria eterna a nuestras fuerzas armadas y policiales!

8. La informalidad: La informalidad ha sido una piedra desde la colonia, sin embargo, creó reductos de contención al abuso e inoperancia estatal.

Cuando asumió Castillo, las alertas de las nuevas generaciones se prendieron. Fuimos la primera y nueva línea de avanzada que reivindica la participación política como medio para la defensa de nuestras libertades, la democracia y el bienestar nacional, aunándonos con aquellos jóvenes de espíritu que también despertaron y juntos hemos empezado a luchar y trabajar por nuestro país.

Gracias a ese chispazo de patriotismo, gran parte de la derecha que se mantenía en silencio, viene dejando de lado su pasividad. Pero no cantemos victoria, pues el Perú enfrenta aún desafíos importantes que serán aprovechados por el comunismo para pretender imponerse.

Hagamos bien lo que sabemos hacer bien, hagamos más grande nuestra patria para cerrar filas contra el malhadado socialismo del siglo XXI.

¡Perú es la esperanza de Iberoamérica!

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