OpiniónMartes, 20 de febrero de 2024
El espía que vino de Israel II, por Víctor de la Torre

Hace un mes y medio, escribí la primera parte de un artículo titulado "El espía que vino de Israel", donde narro mi encuentro con Juan Lázaro, ex espía de la URSS y esposo de la periodista Vicky Peláez.

Pasado ese tiempo y mencionando en ese artículo la necesidad de investigar el espionaje extranjero en Perú, quiero referirme a un personaje llamado Cametirri, ciudadano peruano e hijo de un diputado del Partido Comunista del Perú, quien está casado con una rusa y está curiosamente vinculado a una organización de defensa de los derechos humanos.

En los últimos meses, en los Estados Unidos de Norteamérica, se descubrió que Víctor Manuel Rocha, ex embajador de Estados Unidos en Bolivia y alto funcionario del Departamento de Estado, había sido agente del G2 cubano durante 42 años. Entre los servicios prestados a la dictadura cubana, se destaca la "ayuda" proporcionada a Evo Morales para llegar a la presidencia de Bolivia.

Faltando dos o tres semanas para las elecciones, un embajador de Estados Unidos en Bolivia hizo declaraciones públicas, sin explicación aparente, acusando a Evo Morales de ser un narcotraficante de importancia mundial. Estas declaraciones provocaron un aumento de votos a favor de Morales, llevándolo a la presidencia y causando un desastre económico y financiero en Bolivia.

Rocha, quien también fue segundo secretario de la Embajada de Estados Unidos en Argentina, estuvo muy vinculado al presidente Duhalde. Según el periodista argentino Carlos Pagni, Rocha fue un factor decisivo para la entrada de Néstor Kirchner a la presidencia de Argentina. Pagni sostiene que Rocha convenció a Duhalde de que Estados Unidos aprobaría la presidencia de Kirchner.

Según el FBI, la espía cubana de mayor éxito fue Ana Belén Montes, conocida como "la reina de Cuba". Durante cerca de 17 años, llegó al máximo nivel dentro de la DIA (Agencia de Inteligencia de la Defensa) como analista senior de inteligencia. Montes puso al tanto al G2 cubano de operaciones encubiertas del gobierno estadounidense en el Medio Oriente y especialmente en Afganistán, ocasionando incluso bajas de agentes americanos.

Montes estudió en la Universidad John Hopkins y comenzó su trabajo post universitario en Amnistía Internacional, donde fue reclutada como agente por el G2 cubano.

Dada la fuerte presencia del comunismo internacional en las principales ONGs defensoras de los derechos humanos, es necesario que el poder ejecutivo del Perú, a través de sus servicios de inteligencia, y el Congreso de la República inicien una investigación sobre el origen de los fondos que financian a estas ONGs. Además, se debe investigar la participación de potencias extranjeras y mafias vinculadas al narcotráfico, trata de personas y contrabando de oro en el financiamiento de estas instituciones.

Finalmente, se debe investigar a los miembros y empleados de estas ONGs en Perú, sus vinculaciones con servicios diplomáticos de potencias extranjeras, así como estudiar a fondo cada miembro de embajadas como las de Cuba dentro del Perú.

Aunque en este artículo no acuso a nadie de ser espía extranjero, existen demasiados indicios, como algaradas, tomas de aeropuertos, tomas de carreteras e incendios de mineras, para no investigar estas posibles conexiones. Hay una mano que, a manera de titiritero, mueve todas estas cuerdas.

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