Lima ha tenido una ilustre visitante en estos días: Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, quien tuvo como magnífico anfitrión a nuestro alcalde, el ingeniero Rafael López Aliaga. El motivo de su visita fue el 490 aniversario de la fundación de Lima y la develación de la estatua de Francisco Pizarro, fundador del Perú y gran impulsor, junto con la nobleza inca del Cusco y los reyes de España, del fecundo mestizaje biológico, cultural, religioso y espiritual entre estos dos imperios civilizadores de América del Sur. Como dijo acertadamente Isabel: “La historia la escriben los pueblos, pero son personajes y líderes extraordinarios quienes la empujan”. Francisco Pizarro fue uno de ellos, quien unió con pasión su sangre con la de la ñusta Quispe Sisa para engendrar una culta, poderosa y orgullosa descendencia mestiza, representada por esa formidable mujer que fue su hija, Francisca Pizarro Yupanqui. Ella es símbolo, junto con el Inca Garcilaso de la Vega, de una nueva y gran nación: el Perú.
El retorno del sentido común y de la verdad histórica se impone arrolladoramente frente a la falsa, apócrifa y divisiva narrativa del marxismo cultural, que ha intentado fragmentar al Perú con ridículas y tóxicas políticas identitarias woke, inspiradas en esos intelectuales de cuestionable ética como Gramsci y los hedonistas y pervertidos filósofos de la Escuela de Frankfurt. ¡Basta ya de promover el odio y la desunión con las nefastas dinámicas de opresor-oprimido que plantea la dialéctica progre-marxista, enfrentando al hombre con la mujer, al afrodescendiente con el blanco, al andino con el occidental, entre otros!
Como mencionó Rafael López Aliaga en su discurso tras condecorar a Isabel: “El discurso de odio que nos han querido imponer desconoce la filiación divina y el amor, que es lo que nos mueve. No somos enemigos, somos hermanos”. Las palabras que Isabel pronunció luego de recibir la condecoración fueron muy aplaudidas por su poderoso contenido de verdad histórica y su pasión por una hispanidad unida y de primer nivel. Nos advirtió que estemos atentos a aquellos que intentan separarnos y afirmó que, pese a quien le pese, estamos más unidos que nunca. Nuestro mestizaje de siglos ha sido el más profundo e intenso de América. Y, como volvió a recordar Isabel: “El mestizaje es lo contrario al racismo y a todas las trampas que los enemigos de la libertad y de nuestra historia común han tramado para dividirnos”.
Los 150,000 peruanos que viven en Madrid se sienten, como afirmó Isabel, madrileños del Perú. Luego de su intensa y fructífera estadía en el Perú, y del gran cariño con que fue recibida, no tengo la menor duda de que, cada vez que Isabel visite nuestra capital, se sentirá como una limeña de España. Estoy convencido de que una hispanidad unida es tan irresistible como la feminidad, belleza e inteligencia de Francisca Pizarro Yupanqui e Isabel Díaz Ayuso, e imparable como la fuerza, hombría y determinación de Francisco Pizarro González y Rafael López Aliaga Cazorla.