Se atribuye a Voltaire la cita “si quieres saber quién te domina, fíjate en quién no te atreves a criticar”. Y, estimados lectores, traigo a colación la misma en relación con la censura que los servidores mediáticos del globalismo tiránico, están realizando contra uno de los movimientos más impresionantes de los últimos años que, pese a la dureza con la infructuosamente ha tratado de reprimirse, no solo no se desvanece, sino que ha obtenido un éxito sin precedentes, sirviendo de ejemplo para varios países. Nos referimos a las movilizaciones que comenzaron los camioneros en Canadá contra el gobierno despótico de Trudeau. Un movimiento que surgió contra las restricciones que el gobierno de ese país quería imponer a los camioneros canadienses que, en la práctica, dejaban sin empleo a millares de ellos.
Trudeau, que no tuvo empacho en alabar los actos violentos y saqueos de organizaciones como Black Lives Matter, ha utilizado contra los camioneros, que organizaron una pacífica protesta, métodos violentos y tiránicos, que han ido, desde la aplicación de leyes, solo reservadas a tiempos de guerra: la muerte de manifestantes indefensos, o apropiarse sin autorización judicial de los fondos de cualquier persona que considerase apoyaba las protestas.
En la línea habitual utilizada desde hace casi dos años, los órganos de propaganda globalistas, comenzaron desdeñando el movimiento, para después acusarlo con los habituales “sambenitos” (desde supremacistas blancos, homofóbicos, violentos, etc). Nada de esto tuvo efecto y, finalmente, Trudeau ha tenido que cancelar las medidas tiránicas para evitar un estallido de protesta que debilitase aún mas la imagen del Canadá.
Lo ocurrido nos enseña varias lecciones importantes: que hay esperanza contra la tiranía si los ciudadanos se oponen con energía y determinación a la misma; que los medios de comunicación serviles no sirven para impedir la protesta y, subrayo lo siguiente, no dejemos de usar el dinero en efectivo, pues éste es nuestro refugio para mantener nuestra autonomía y evitar que se apropien de lo nuestro.