La coyuntura política y económica actual invita a la reflexión: ¿cómo puede ser posible que en pleno 2022, el Perú sea gobernado por un sombrero que piensa que existen 1,200 países en el mundo, que piensa que la guerra es entre Rusia y Croacia y que no puede armonizar una anécdota de un pollo vivo o muerto con la solvencia que se le podría exigir a un niño de 5 años?
Esta falta de capacidad de discernimiento del votante tiene razones históricas, pero para efectos del artículo, nos centraremos en los aspectos más recientes a manera de bullets tratando de explicar cómo hemos tenido 5 presidentes en 6 años:
1. PPK renuncia a la Presidencia: La historia arranca en 2016. Después del ajustado triunfo en las elecciones para la Presidencia, PPK renunció en menos de 2 años, luego de un cuestionado escándalo de asesorías a Westfield Capital revelado por Odebrecht y de una tensa relación con el Congreso. Una renuncia presidencial después de varios años de relativa estabilidad era el presagio de nuestra situación actual.
2. Martín Vizcarra: El primer vicepresidente que debía asumir funciones ante la renuncia de PPK ya venía con una cartera pesada por el escándalo de la concesión para la construcción del aeropuerto de Chinchero. La gestión de Vizcarra no solo fue ineficiente, sino conflictiva y con muchísimos indicios de corrupción, y siempre buscó un Congreso a la medida.
3. Un actor cierra el Congreso: A mí no me vengan con la validez de títulos sin experiencia práctica. El que no ejerce su profesión no puede ufanarse de ella. El conocimiento académico sin práctica es lo mismo que ser futbolista de Playstation. En 2019, en un acto totalmente inconstitucional con una “denegatoria fáctica”, Martín Vizcarra utilizó a su primer ministro para cerrar el Congreso. Luego, claramente, volvió a dedicarse a la actuación. Un coche bomba en la política.
4. El Congreso de Vizcarra vaca a Vizcarra: En el colmo de la ironía, el nuevo Congreso elegido a pedido del ejecutivo vacó constitucionalmente a Martín Vizcarra en 2020. Creo que todos podemos coincidir en que más allá de si era o no incapaz moral, el hecho de que 105 sobre 130 congresistas de diferentes bancadas, perfiles y tendencias políticas voten por la destitución del presidente sigue el espíritu de representatividad establecido en la constitución para tales efectos.
5. Manuel Merino renuncia ante las marchas: Como correspondía legalmente, Manuel Merino asumió la presidencia de la República ante la vacancia de Martín Vizcarra, pero por algunas marchas (que se hacen extrañar en estos tiempos bastante peores a aquellos) se vio forzado a renunciar. Intelectuales de escritorio desde España y el Reino Unido, así como muchos “consultores” que viven del Estado, apoyaron las marchas.
6. Entra un poeta: Finalmente, en 2020, Francisco Sagasti, congresista que fue elegido con menos de 100 mil votos (sí, menos de 100 mil) asumió la presidencia de la República. Sin entrar a la gestión ni a sus antecedentes, resulta anecdótico que, en nuestro querido Perú, alguien con tan poca representatividad electoral haya logrado asumir el máximo cargo político del país.
Para cerrar la montaña rusa de los últimos (pocos) años, ahora tenemos un movimiento “apartidario” (pero mayoritariamente morado) que quiere que #sevayantodos (con hashtag para mayor dramatismo). Cómo no va a querer el Partido Morado que se vayan todos si su candidato presidencial sacó 2% (de ahí el exitoso meme del 2 de julio), y su representación en el Congreso – según mi último conteo – es coincidente y jocosamente, también 2%.
Después de esta recapitulación, es evidente que como dice Silvio Rodríguez en la canción del título de este artículo, desde hace mucho tiempo, políticamente en Perú, las causas nos vienen cercando: cotidianas, invisibles; y el azar nos sigue enredando: poderoso, invencible.