PortadaJueves, 20 de octubre de 2022
Tantas veces, Almagro

Al guion del presidente Pedro Castillo se sumaría el inesperado respaldo internacional de un viejo conocido: Luis Almagro, secretario de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Después de endurecer su discurso, más “autoritario” como apuntó el Consejo de la Prensa Peruana, y exhibir en Palacio el apoyo que tiene de los licenciados de las Fuerzas Armadas (también llamados reservistas: que además tiene una facción etnocacerista), el profesor chotano dio anoche un mensaje a la Nación en el que no solo insistió en que se está fabricando un golpe de Estado contra su impoluto gobierno, sino que también ratificó su polémico pedido de apoyo al organismo extranjero mencionado. Esto habría tenido sus frutos. Además de que le dieron hoy su apoyo desde Washington, ahora enviaran un grupo de observadores al país para resolver esta encrucijada política.

La noche larga del mandatario arrancó el pasado martes 11 de octubre cuando dos hechos golpearon a la presunta red delictiva que lideraría en Palacio: la Operación Valkiria II y la denuncia constitucional en su contra por parte de la fiscal de la Nación, Liz Patricia Benavides. Desde entonces, un rosario de movidas legales se ha venido disparando desde el Ejecutivo. Entre las más importantes están la acción de amparo y la tutela de derechos que presentaron los abogados Ananías Narro y Benji Espinoza, respectivamente. El primero es para anular todas las investigaciones del Congreso y la segunda busca tumbarse el proceso iniciado por la titular de la Fiscalía de la Nación. Esto, sin embargo, no fue el límite. Ahora el gobernante decidió incluir en su caso a la OEA, que tiene a la cabeza al siempre polémico Luis Almagro. Le exige que aplique la Carta Democrática.

Este instrumento tiene como objetivo preservar los derechos humanos y sobre todo preservar los principios de la democracia representativa. A su vez, busca identificar actores dentro de un territorio que hayan quebrado el orden democrático.

Curiosamente en Venezuela se aplicó por primera vez la carta de la OEA en 2002 en defensa del gobierno de Hugo Chávez, quien fue depuesto en su cargo tras un “golpe de estado” por parte de militares opositores. Quien diría que posteriormente el año 2017 se solicitaría el uso de este mecanismo cuando en ese mismo país el Tribunal Supremo de Justicia decidió asumir las funciones de la Asamblea nacional, el Congreso unicameral. Este procedimiento es calificado como un golpe de estado por parte del chavismo, en donde se vulneró una institución clave como lo es el Parlamento. En aquella situación desde Juan Manuel Santos hasta Mario Vargas Llosa solicitaron que se haga el uso de la carta de la OEA.

Otro caso en donde se usó este mecanismo fue en el año 2003 en Bolivia. En donde el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada planteó una serie de medidas económicas estatistas, entre ellas un “impuestazo” a los salarios y ante ello hubo grandes movilizaciones en las calles. El mandatario, partidario del Movimiento Nacionalista Revolucionario, ordenó que actúen las fuerzas armadas, dejando 64 muertos y 228 heridos. En aquella situación la organización se pronunció con una carta democrática en favor del presidente.

Así, se puede observar cómo ciertos líderes han hecho un llamado a la OEA y esta los ha apoyado en determinados contextos. Tanto a Chávez el 2002, como a Sánchez de Lozada el 2003. No sorprende ahora el pedido de Pedro Castillo, que ahora que está acorralado por la justicia y la oposición sacaría a relucir la buena relación que tiene con Luis Almagro. Sin embargo, como dijo el periodista de CNN Fernando del Rincón, el tiro puede salirle por la culata pues tiene 6 investigaciones en curso y la OEA verá de cerca dichos procedimientos.

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