La marcha de ayer demostró que la ciudadanía está harta. Demostró, a su vez, que actores políticos de la sociedad civil vinculados a la derecha política también tienen capacidad de movilización más allá de los momentos electorales. Fueron 100,000 peruanos reunidos solo en Lima los que se manifestaron en contra de Pedro Castillo y su organización criminal.
La marcha, por supuesto, despierta la algarabía, pero no debemos quedarnos solo en ella. El presidente continúa en Palacio y se sigue asentando en el poder. Ha habido grandes manifestaciones contra diversos regímenes y los presidentes y/o dictadores siguen ahí. Contra Chávez hubo varias, en Bielorrusia en 2020 y 2021, Cuba durante el último año, en China en el 89´, y los tiranos siguen ahí.
La manifestación genera presión y demuestra, ante el inquilino de Palacio, la población, la OEA, y la comunidad internacional en general, que las grandes mayorías queremos a Castillo afuera. Sin embargo, como decíamos, las marchas en si no van a lograr una renuncia o una vacancia. Demás está decir que ayudan y que se deberían hacer más y aún más multitudinarias, pero para lograr una vacancia, por ejemplo, lo único que se necesita son 87 votos, que parecen imposibles de lograr.
Los manifestantes podrían ayudar en la estrategia de lobbie o cabildeo. Hasta ahora, gracias a la web vacanciaya.com, al cierre de esta nota, sabemos que la moción de vacancia ha sido firmada por 66 congresistas. Faltan 21 para concretar la vacancia. Sabemos también que hay congresistas que estarían más propensos a votar a favor y que hay otros ultraoficialistas que jamás lo harían.
A los indecisos y/o niños encubiertos, ¿Por qué no nos manifestamos directamente contra ellos?, ¿Por qué como ciudadanía no le expresamos, en la puerta de sus oficinas, o en las redes sociales, que necesitamos sus votos para acabar con la crisis? Lo hicimos ayer de manera multitudinaria, ahora hagámoslo de manera selectiva, teledirigida.
Pongámonos en esta situación: la cuasiniño Susel Paredes se escuda y pocas veces dice que apoyará una vacancia o una salida, y siempre termina defendiendo a Castillo, ¿Por qué no la presionamos directamente? Y así lo hacemos con cada congresista que no quiera votar por la vacancia, voto por voto, un dominó.
Primero a Susel, a Flor Pablo, luego a los niños de APP, a los de AP, a los de Podemos, a los Verolovers, Somos Perú, los presionamos con nombre y apellido, uno por uno, que nos escuchen. Ya no debemos presionar a algo abstracto como “el comunismo” o “los niños”, en general. Busquemos los votos específicos que hagan falta. Ayudemos a nuestros congresistas de oposición minuciosamente en el cabildeo.
Así, sí llegamos a los 87. Y nos deshacemos del primer problema.