OpiniónMiércoles, 9 de noviembre de 2022
La nueva derecha, por Diego Gutiérrez

Han pasado 469 días desde que inicio el des-gobierno de Pedro Castillo. No hay ni habrá nada que celebrar en el plano político, social y menos en el económico. Sin embargo, en los peores momentos surgen las mejores oportunidades.

Todo este tiempo ha ayudado a politizar (en el buen sentido de la palabra) a aquellos que se reconocían como apolíticos o que seguían de lejos la política. Este aumento de la participación ciudadana en la política ha polarizado la sociedad y nos ha dividido en dos: entre los que nos oponemos al régimen corrupto de Castillo y los que aún lo defienden (incluyendo en este bloque a los que prometieron ponerse las zapatillas y hasta ahora nada).

En medio de la polarización, surge una oportunidad para impulsar un proyecto de derecha, una nueva derecha que una al sector que es oposición al régimen de izquierda de Castillo y aliados.

No obstante, se tienen que trabajar algunos pasivos que aún cargamos. Por ejemplo, producto de los imaginarios difundidos por la izquierda, mucha gente “no involucrada” en política asocia erróneamente a la derecha con el mercantilismo. Esta asociación nos ha costado mucho en los últimos años: si eres de derecha, estás automáticamente a favor de las grandes empresas, en contra de los trabajadores y solo te importa legislar a favor de un sector en la sociedad.

La primera lucha que debe ganar la nueva derecha tiene que ser eliminar ese imaginario de la sociedad, ¿Cómo? Marcando distancia de los mercantilistas, de aquellos que utilizan el poder público para su beneficio (como la izquierda de Castillo y sus aliados, por ejemplo) y velando por un poder público muy limitado.

En esa línea, uno de los caballos de batalla de la nueva derecha debe de ser un Estado pequeño, pero eficiente y para lograr tal fin debe de encontrar en la clase emprendedora del Perú a su mejor aliado. Este grupo económico es el que más cansado está de las regulaciones excesivas y de mala calidad que emiten los burócratas detrás de un escritorio. La clase emprendedora necesita una administración eficiente y la nueva derecha se lo debe ofrecer con un Estado moderno y reducido.

La nueva derecha tiene que abogar por un Estado que esté al servicio de los ciudadanos, y no al revés. Una sociedad en desarrollo necesita que el Estado sea un aliado para el crecimiento económico, con regulaciones que realmente les generen un beneficio a los agentes económicos. No necesitamos un Estado que te diga si puedes ingresar con pop-corn al cine o que te limite el tránsito según el dígito de la placa del carro (pico y placa).

En el plano político, la nueva derecha no puede dejar de lado las condenas a los regímenes autoritarios, desde Chávez hasta Pinochet, pasando por Velasco y Fujimori. En esa línea, debe de velar por la separación de poderes y condenar cualquier intento de copamiento y captura regulatoria del Estado.

Estos solo son algunos mínimos que necesita la nueva derecha para marcar diferencia y ofrecer a la sociedad peruana una opción que le haga frente a la izquierda. Y si te has identificado con estas luchas (Estado reducido pero eficiente, regulaciones racionales, límites al poder público, entre otros), pues es muy probable que tu opción política esté más cerca a la derecha que a la izquierda.

La nueva derecha necesita de defensores de la libertad que salgan del closet, se reconozcan ideológicamente y promuevan las ideas de la libertad y democracia en cada rincón del país. Tenemos que dejar en claro que la derecha defiende con firmeza las libertades económicas y sociales.

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