OpiniónJueves, 10 de noviembre de 2022
Manotazo de Ahogado, por Pancho de Piérola

Aníbal Torres es un muerto viviente, un zombi, un cuerpo reanimado con los días contados. Ha sido un ser de tales características desde que asumió el premierato. Esta última semana, decidió dispararse en el zapato al criticar a una periodista y luego, cuando reconoció su hemorragia política, decidió no irse solo y llevarse consigo a quien pudiera, aun si se trate de todo el Perú.

Por un momento, trató de presentarse como un ministro “moderado”. Digo moderado entre comillas porque a ese extremo de la izquierda, no es difícil alejarse del abismo. Torres mencionó en repetidas oportunidades que, en su mandato como primer ministro, el Ejecutivo no buscaría cerrar el Congreso o convocar una Asamblea Constituyente. Me lo imagino riéndose luego de pronunciar semejante mentira, entre sus camaradas, detrás de cámara, ¿Cuánto le duró esa mentira?, ¿5 minutos?

Esta semana, el premier ha tenido unos comentarios insultantes en contra de la periodista Sol Carreño. “Mala fe, mala entraña, esa mujer que hace eso es mala madre, no puede ser buena madre, es mala esposa, no puede ser buena esposa, es mala hija, no puede ser buena hija, si tiene hijos solo está deformando a sus hijos, los cría con complejos de superioridad”, dijo Torres luego de un reportaje de la periodista donde mostraba unas carreteras no asfaltadas en Huancavelica.

¿Cuál es la lógica detrás de su argumento? ¿Si critica la gestión de Torres y Castillo es automáticamente una mala madre? Este gobierno, que ha usado la victimización durante año y medio como único recurso, ahora ataca a las mujeres por opinar distinto. Además, lo que ha molestado a Carreño es que el premier la haya reducido a ser madre o esposa, como si las mujeres no pudieran tener otras capacidades.

Lo curioso, acá, es cómo ha sectores de la izquierda progresista siguen buscando el cogobierno. Pensaron que ya habían caviarizado a Castillo al lograr usar el mal llamado lenguaje inclusivo dentro de los comunicados oficiales. Pero nada. ¿Dónde están las ONG’s exigiendo la renuncia de Torres? No encuentran las zapatillas, seguro.

Finalmente, Torres acorralado ha decidido atacar al Congreso con una maraña que tiene menos sentido que el ataque a Sol Carreño. Es impresionante que este señor haya sido ministro de Justicia, previamente. Es impresionante también que sea abogado. Pero en un país donde Pedro Castillo es presidente, ya nada sorprende.

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