Esta semana hemos presenciado, una vez más, que la Agenda 2030 no es la agenda del Perú. La congresista Milagros Aguayo logró la aprobación del predictamen del proyecto de ley que salvaguarda los derechos del concebido. Claro, es algo que debería ser obvio, pero al vernos constantemente acosados por políticas globalistas que pretenden legalizar el asesinato de niños en el vientre (aborto), se tiene que regular y estipular lo evidente. Es uno de esos temas felices en los que izquierda, centro y derecha están de acuerdo, porque piensan "en peruano" y no son internacionalistas como los que persiguen únicamente los intereses de la ONU con un fanatismo solo semejante al talibán.
Mientras este predictamen era aprobado, se rechazaba el proyecto de ley de la congresista Ruth Luque que pretendía lograr la legalización del aborto por violación. Dicha congresista es militante de Juntos por el Perú, el partido que intentó - fallando por segunda vez - llevar a Verónika Mendoza a la presidencia. Como es costumbre de este sector, hicieron una tendencia muy corta con el hashtag #NiñasNoMadres, rezando que el proyecto debía "proteger" a las niñas y adolescentes que resultan embarazadas después de una violación.
Siempre utilizan el argumento de que el aborto es la mejor salida a un embarazo por violación, pero deciden olvidar que el aborto es un crimen y que un delito no se borra con otro. Esto sin tener en cuenta que muchas veces las jóvenes que son violadas, tienen al agresor en casa. En zonas alejadas y de bajos recursos, las parejas de las madres de las niñas agredidas, las embarazan y posteriormente, las hacen abortar. En La Libertad, conocí el caso de una niña que había abortado en una posta hasta en 3 ocasiones llevada por su madre, quién no se separaba del agresor y permitía que viole a la niña para "retenerlo". Fuerte, pero real.
Es ahí donde nos preguntamos, ¿son los hombres el problema?, ¿el Estado opresor?, ¿el machismo?, ¿la misoginia? No. El problema es que hay gente enferma y la seguridad en el país es un chiste mal contado. La violencia no tiene género y nada justifica terminar con una vida, menos de la forma más cobarde: en la etapa más vulnerable, al inicio de su existencia como ser humano.
Las feministas que avalan está atrocidad, dicen que las políticas de partidos como Juntos por el Perú o el Partidos Morado no son elegidas por el país porque "somos una sociedad profundamente conservadora". La pregunta es: ¿acaso eso está mal?, ¿No se ha cruzado por sus brillantes mentes formadas en estudios de "género" que pueden estar equivocadas? El Perú es un bastión pro vida y pro familia, un país que respeta sus tradiciones y no se impregna de modas que tienen como religión, la muerte.
No, nadie quiere que las mujeres sean violadas. Tampoco queremos que las niñas den a luz, porque no queremos que siga creciendo esta cultura de violencia. Sin embargo, flaco favor hace a esta causa promoviendo la misandria y la violencia a los hombres, echándoles la culpa de cuánto problema se les ocurra. La violencia no tiene género y la vida humana vale siempre igual. Las niñas en el vientre también tienen dignidad y no puede ponerse en juego, solo que cuando ellas las matan, ahí no le llaman "feminicidio".
Reflexionemos sobre las incoherencias de aquellas que se arrogan la representación de las mujeres, las que usan a las víctimas, las que avalan actos monstruosos solo para garantizar sueldos en ministerios inservibles como el de la mujer, que basa sus "estudios" en ONG’s internacionales que ganan millones a costa de la vida de miles de personas privadas de la libertad y el derecho de vivir. El Perú aún resiste, no claudiquemos.
PD: Hoy a las 7 pm, inicia mi podcast "Cancha y Concha" por mi canal de Youtube. Pueden verlo en este link: https://www.youtube.com/c/VanyaThais