Una vez que el gobierno de Castillo Terrones decidió aceptarle la renuncia a Aníbal Torres para luego indicar que se interpretaba que la cuestión de confianza presentada ante el Congreso había sido denegada -siguiendo el camino del lagarto y sus sicarios constitucionales-, se procedió a nombrar a Betsy Chávez como Primera Ministra. La ex ministra de cultura se apuró en jurar, por Dios y por la patria, que cumplirá con el encargo asignado. A estas alturas, pocas dudas quedan de que ese encargo es ser la encargada de hundir el barco para que Castillo Terrones pueda cerrar el congreso.
El nombramiento de Chávez responde a la nueva normalidad. Chávez ha sido acusada de beneficiar con nombramientos a la familia de un “joven paisano” (en palabras de la susodicha) con el que se entregó al amor. También fue señalada de plagiar nada menos que el 49% de su tesis. Finalmente, ha sido vinculada con el líder del ex partido de gobierno, Vladimir Cerrón. Es decir, Chávez reunía todas las condiciones necesarias para liderar un gabinete de esos a los que nos ha acostumbrado el profesor. El maestro, como le decía el bueno de Nicolás Lúcar en compás con el coro de cojudignos.
La izquierda hoy se ha dividido en dos grupos: los que defienden sin vergüenza alguna al gobierno de Castillo Terrones y aquellos que -un poco más pudorosos- han entendido que defender al gobierno es más difícil que atacar a quienes lo critican. Y se han dedicado a lo segundo. Así las cosas, los mismos creadores de “esta es la primera vez en 200 años que un hombre de origen humilde llega al poder” lanzaron dos frentes de defensa ante el nombramiento improbable: que Betsy Chávez es la primera mujer en ocupar la PCM y que solo se le ataca por ser mujer con vídeos íntimos sexuales.
En esta hora ya toca responder frontalmente a las patrañas de la izquierda, así que eso haremos: la primera mujer en ocupar la PCM fue Beatriz Merino en el gobierno de Alejandro Toledo. Y después varias otras -bastante mejor preparadas que Chávez, dígase- lo han hecho también. Así que Chávez no es la primera mujer en ocupar la PCM; de hecho, no es ni siquiera la primera mujer en hacerlo durante este gobierno. Esa fue Mirtha Vásquez. Pero esa es la capacidad de argumentos de quienes manejan el país: no les da, ni siquiera, para pedirle que usen Google a su recua de escuderos.
Después de que la flamante Premier había negado cualquier relación con su joven paisano, un video de su cumpleaños en donde el aludido está a su lado y se besan apareció. Así las cosas, quienes han publicado y rebotado el video con entendible indignación no están acosando a Chávez por ser mujer, sino por beneficiar a los familiares de su pareja con cargos públicos -lo que es un delito-. A Keiko Fujimori la han acosado políticamente, por ejemplo. Y nunca ninguna de las activistas del feminismo dijo algo. Aquí no hay uso de intimidades. Solo activistas arriconadxs.