En los últimos 18 meses, he dedicado la mayor parte del tiempo a dictar conferencias sobre el fenómeno del social-comunismo que nos asecha, mostrando con pruebas y evidencias, el accionar de Sendero Luminoso y de qué manera estaba detrás de los conflictos sociales en los últimos años. En efecto, el historial de la presencia senderista en la violencia social está registrada en las entidades de inteligencia y en especial de Dircote.Una de las principales “acciones” realizadas por ellos ha sido el paro nacional del Conare en el 2017, en el que la alta capacidad de organización, sincronía, desplazamiento con logística y los métodos de protesta, en definitiva, no salieron del cerebro de un limitado Pedro Castillo, sino, de Sendero Luminoso. Lo afirmo categóricamente.
Por otro lado, nadie puede negar que a todos nos causó una inmensa extrañeza que el aprendiz de dictador, Pedro Castillo, ganara las elecciones en 2021 sin ser conocido (o reconocido) siquiera como un líder de multitudes, que nunca lo fue, y que solo encuentra explicación en la manera cómo esta organización criminal se las arregló para hacerlo ganar con un mínimo porcentaje en primera vuelta, y con ajustado triunfo en segunda vuelta contra su contendora Keiko Fujimori. No se crea que se usaron artimañas artesanales para ganar dicha elección, sino, que se utilizó una sofisticada estrategia de infiltración en organizaciones políticas a nivel nacional, y un trabajo de hormiga usando el método “boca-oído” que promovía Mao Tse Tung durante la Revolución democrática en China en la década de los 40. A decir de su ex premier Guido Bellido, Pedro Castillo era solo un “sindicalista básico”. Pero nada es casualidad con Sendero Luminoso, nada.
No puedo negar que, en el curso de mis conferencias a políticos, empresarios, militares, policías, colectivos y civiles, fueron los rostros de incredulidad los que más desazón me generaban. Tampoco sería justo no reconocer que muchos de quienes me supieron escuchar entendieron el peligro en su real magnitud, y optaron por meterse a la lucha, con todo. Con total insatisfacción y pena, les puedo decir hoy a los incrédulos: “se los dije”. De mi parte, tienen mi compromiso que seguiré haciendo docencia del fenómeno para que todos demos batalla con convicción y firmeza. No es que crea que los terroristas van a ganar esta batalla, sino por la cantidad de personas que terminarán heridas en estas confrontaciones que cada día se agudiza más.
Aun estamos a tiempo de reflexionar y terminar de entender que los terroristas de ayer y hoy, no están dispuestos a perder lo avanzando. Sienten que están “muy cerca” de su objetivo principal “el socialismo”, previa la “nueva constitución”, y que nada ni nadie los detendrá. A nosotros, los ciudadanos, nos corresponde organizarnos en un solo frente, en generar la unidad de todas las fuerzas políticas, para vencerlos de una vez por todas en todos los campos (ideológico, político y militar). Solo la unidad salvará al Perú, y la responsabilidad es de todos. Hemos vuelto. Sí se puede.