La nueva secuencia municipal en Lima ya tiene a su protagonista en primera fila: Rafael López Aliaga. Este último domingo 1 de enero, el también presidente de Renovación Popular juró en el Teatro Municipal, donde estuvieron presentes los titulares del Poder Ejecutivo, Dina Boluarte, y Legislativo, José Williams. El peso inmediato que carga el ex candidato presidencial es una promesa de alto calibre que dio en medio de una de nuestras peores crisis nacionales: convertir a Lima en una potencia mundial. Cuando tomó la palabra en su asunción desentrañó su plan de acción —reconfigurar las prioridades del presupuesto, renegociar los peajes en la capital, eliminar los monopolios, luchar contra la inseguridad ciudadana, promocionar el voluntariado juvenil, etc— que trata de enrumbarse al ritmo de su nueva autodenominación: pasó de su defendido ‘Porky’ a su nueva aspiración: ser “el alcalde de los cerros”. Para eso, dijo, tratará de cumplir con sus pilares socialcristianos: economía, comportamiento ético y elocuencia-didáctica (“saber explicar lo difícil de manera fácil”).
“Cuando hablo de potencia mundial mucha gente se ríe. Realmente cubrir estos servicios básicos a mis hermanos que están en todas esta zonas altas de Lima es ser potencia mundial (...) Otra gente también tiene otra visión de potencia mundial, una de gran infraestructura. Que también lo vamos a hacer, con la gran ayuda de todos los regidores, sin color político. Ahora somos regidores de Lima. Estamos para servir a los que menos tienen”, dijo el alcalde.
López Aliaga también hizo hincapié en el dinero perdido por las irregularidades municipales. “Yo he hecho mis cálculos como banquero que soy, con 40 años de experiencia. Hay 40 mil millones de dólares casi de presupuesto de todo un año robado por malos políticos a la gente más vulnerables”, mencionó. Incluso apuntó que con ese dinero se podía “hacer un tren de Tumbes a Tacna” y hasta “autopistas para entrar transversalmente por todo nuestro país”.
Asimismo, adelantó que van a hacer cambios en el presupuesto municipal de apertura. “Vamos a modificarlo en las primeras sesiones de consejo para rehacerlo, para reenfocarlo. Primero, para el hambre cero. Primero, para la seguridad ciudadana. Primero, para el agua de emergencia. Primero, para la electricidad en las zonas altas de Lima. No destrocemos la política con gente corrupta”, mencionó.
También dijo que está en contra de “la existencia de monopolios, oligopolios, o sea que este muy concentrada en muy pocas manos la compra o venta de bienes básicos” y que no dará licencia de funcionamiento a las farmacias que no tengan “una zona de metro y medio o dos metros con medicamentos genéricos”.
Aprovechó para exponer un posible proyecto: “un tren de la costa”. “Gobernadores de Tumbes a Lima y de Lima a Tacna, y tener un tren de la costa que no quede como una ley declarativa. Que sea una ley real, que tenga presupuesto, que tenga una estructuración donde se atraiga inversión privada que en estos momentos existe para el Perú”, agregó y luego señaló la importancia del actual contexto: “Se ha vuelto a abrir en el Perú esa ventana de inversión porque somos el único bastión de democracia en estos momentos”.
Indicó que reforestará parques y jardines tanto de Lima como de las zonas altas de la capital. “Hay para sembrar pinos, para sembrar eucaliptos, para poner verde a Lima”, dijo. También comentó que invocará a los jóvenes para que ayuden a los más necesitados: no partiendo de una postura “paternalista” sino una “fraternal”. “Aprovecho esta ocasión para invocar a los jóvenes. Vamos a firmar convenios con universidades tipo San Marcos y después con diferentes universidades que lo quieren hacer así, para canjear créditos universitarios por horas de trabajo. Para voluntariado, por ejemplo, ecológico; voluntariado de acompañamiento, hambre cero, cultural”, anunció.
“Tenemos la gran oportunidad de sentar las bases y avanzar lo máximo para tener la infraestructura que Lima necesita y para eso solicito apoyo a los señores congresistas presentes. No puede ser que el presupuesto per cápita de Lima por persona sea el más bajo de Lima. Es un insulto, una afrenta a nuestros hermanos que menos tienen”, indicó.
“Quiero pasar a la historia como el alcalde de los cerros”, finalizó Aliaga, quien ahora tiene el poder para exponernos una gestión proporcionalmente inversa a la de Pedro Castillo o solo fracasar en el intento.