OpiniónLunes, 2 de enero de 2023
La furia defensora de Sunedu, por Hans Rothgiesser
Hans Rothgiesser
Economista y periodista

Empecemos por dejar algunos puntos en claro.La Superintendencia Nacional de Educación (Sunedu) vela únicamente por el cumplimiento de una serie de criterios mínimos que las universidades deben cumplir para tener permiso de funcionar.No monitorea la calidad de ese servicio.Es decir, mienten los que dicen que Sunedu es crucial para mejorar la calidad de la educación superior.Sí, aporta en la medida en la que nivela el terreno en la que se jugará el partido, pero no es la institución que vela por esa calidad.Para eso tenemos otra institución de la que convenientemente nadie habla: el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace). ¿Por qué nadie habla de ella? Fácil: No hace falta.Esta institución depende enteramente del Ejecutivo.Su Consejo Directivo está en manos del Ministerio de Educación (Ejecutivo) y de la presidencia del Concytec (Ejecutivo).

Sunedu, hasta hace poco, también estaba enteramente en manos del Ejecutivo.Los siete miembros de su consejo directivo eran decididos por Palacio de Gobierno de manera directa o indirecta.El cambio que ha generado la furia imparable de muchos comentaristas y analistas y consultores se debe a que se ha aprobado la ley que cambia la conformación de este consejo directivo.Ahora los siete ya no dependerán del Ejecutivo, solo cuatro.Los restantes tres (que no es mayoría en un consejo directivo de siete) serán representantes de las mismas universidades.

¿Por qué entonces mienten los defensores de Sunedu? Porque están mintiendo cuando dicen que este cambio mata a la reforma universitaria y que pone al regulador al servicio de los regulados y que con la educación no se metan (que bien que dejaron que Castillo hiciera lo que quisiera con la educación escolar restituyendo docentes expulsados) y yada, yada, yada.Lo que sucede aquí es que, lo siento mucho, Sunedu nació politizada, lo que a su vez dictó que su actuar fuese bastante arbitrario.Sí, por supuesto que había que cerrar algunas universidades basura y poner en su sitio a otras que habían crecido de manera desorganizada, eso está fuera de toda discusión.El mercado de la educación universitaria presenta fallas de mercado y eso hace que sea razonable pensar en regularlas.

Sin embargo, cualquiera que esté vinculado al negocio de las universidades conoce seguramente casos de abusos cometidos por Sunedu.De acciones que ha tomado contra algunas universidades que dejó pasar a otras.Eso es lo que pasa cuando creas una institución orientada a regular una industria y la pones en manos de burócratas, sin ninguna disposición a escuchar a los representantes de esa industria.Por el contrario, Sunedu y la ley universitaria vinieron acompañadas de una fuerte campaña de desprestigio a las universidades privadas.Es más, incluyó un fuerte cuestionamiento a que haya universidades con fines de lucro.

Y ahí está el detalle.En el Perú está permitido que haya universidades con fines de lucro.Lo siento mucho.Está bien claro en la ley.No obstante, el manejo que tuvo Sunedu en todos estos años ha estado orientado a hacer cada vez más difícil y hasta imposible en algunos casos poder hacer dinero con una universidad privada.No obstante, esto se discutió.Se llegó a algo que no le gusta a los que defienden a Sunedu, los que ahora mienten sobre los cambios.

Se puede supervisar los estándares mínimos de las universidades, velando por la sostenibilidad de los distintos tipos de universidades, si es que se les permite tener voz.Eso es lo que el Tribunal Constitucional ha ratificado y tiene mucho sentido.Hay que ser bien radical para oponerse a esto.Y, sin embargo, eso es exactamente lo que están haciendo.

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