Para la izquierda política no existe la fórmula acción-reacción. Un ejemplo es la escalada de violencia que se viene dando en el sur del país. De acuerdo a su prisma, son solo las fuerzas del orden las causantes de estos disturbios y que desde la tribuna de los manifestantes solo hay unión, sudor y poesía. Esto, por supuesto, no colinda con la verdad. Distintas imágenes dan cuenta de cómo estos grupos organizados —y no espontáneos como sugiere el sector mencionado— vienen provocando desmanes. Entre estos, quemar una tanqueta de la Policía Nacional del Perú, lanzar bombardas a los agentes policiales, amenazar a los ciudadanos que no se unen a su lucha, atacar una sede de EsSalud y hasta a una ambulancia, saquear tiendas y a robar a personas al paso, y un largo etcétera.
El pasado 6 de enero circuló un video en el que se mostraba cómo los manifestantes en Juliaca buscaban tomar el aeropuerto. Ante dicho ataque, la Policía Nacional tuvo que repelerlos para proteger dicha infraestructura. Al no haber logrado su cometido, los agitadores incendiaron una tanqueta policial, la cual se encontraba estacionada en la calle.
También se han llevado a cabo ataques directoscontra agentes de la policía: le lanzaron piedras y hasta bombardas. Hasta el momento, hay 22 policías heridos.
Asimismo, en la ciudad de Juliaca, atacaron a una ambulancia. En esas imágenes, grabadas por el personal del Centro de Salud Melgar se ve cómo el personal médico que se encontraba dentro del vehículo intenta decirles que no lo hagan, pero eso no les importó y finalmente acabaron apedreando la unidad hasta dejarla inoperativa. Así lo confirmó el Ministerio de Salud.
Sin embargo, el último acto fue tomar el centro de salud público Essalud que se encuentra en la Plaza de Armas de la ciudad de Puno, el cual finalmente terminó siendo incendiado por completo. El presidente ejecutivo de Essalud, Arturo Orellana, ha señalado que a causa de este ataque hay destrozos considerables. Los manifestantes también incendiaron las oficinas de la Casa de la Cultura de la Municipalidad Provincial de San Román.
Ante todos estos hechos ocurridos en los últimos días la conocida ONG de izquierda Amnistía Internacional, publicó un tuit en el que hacen alusión a que se debe respetar el derecho a la protesta. Sin embargo, no mencionan absolutamente nada en relación al derecho humano a la libertad, al respeto de la propiedad, y al derecho a la vida de los policías, derechos que se están viendo vulnerados diariamente por los “manifestantes”. Dicho tuit de Amnistía Internacional fue retuiteado por la congresista Sigrid Bazán y está en la línea de los políticos peruanos de izquierda como Guido Bellido, Guillermo Bermejo o Verónika Mendoza que buscan atacar a la policía por cometer supuestos “abusos”, pero ante el ataque real de los vándalos se quedan callados.
El peso de la realidad es apabullante, pero las narrativas que buscan hacer desaparecer la abundante evidencia están cundiendo. Es deber de los demócratas combatirlas con información veraz, pero, sobre todo, con una fuerza discursiva tanto cuantitativa y cualitativamente superior, si no los policías serán los malos de la historia y los delincuentes terroristas serán vistos como luchadores sociales. No pasarán, pero eso depende de nosotros.