Con el título de este artículo no me refiero a esa vieja jerga que apoda “mataperros” a muchachos “callejeros y traviesos”. Alude a la malvada práctica de colgar perros desde los postes de las ciudades (con carteles que decían: ¡Muerte a Deng Xiaoping, hijo de perra!), una de las salvajes tácticas que anunciaron la sangrienta irrupción de Sendero Luminoso en la historia.
En aquel entonces, la llamada izquierda legal, cobardemente, consumida por la frivolidad y como avestruces que entierran la cabeza en el piso, acusaban a las Fuerzas Armadas, a la Policía, a la CIA, al gobierno democrático recién instaurado de FBT, o a quien quiera que sea por los horrendos crímenes que estaban perpetrándose. Casi una década completa de muerte y destrucción pasaron antes que esa izquierda, a regañadientes, aceptara que la masacre la estaban cometiendo izquierdistas radicalizados.
Esta malsana práctica de matar animales domésticos ha retornado. Han reaparecido los perros muertos, ya no colgado de los postes con textos alusivos a Deng Xiaoping, pero sí amarrados a piedras en los bloqueos de carreteras, por ejemplo, ¿Qué clase de mente enferma incinera policías y mata perros? No nos hagamos ilusiones sobre lo que enfrentamos.
Los malos hábitos y la crueldad perduran, por lo que dificulto que esta manía por asesinar mascotas sea una mera coincidencia. Existen multitud de indicios que apuntan al involucramiento de condenados por terrorismo, antiguos militantes de SL, ya liberados por el cumplimiento de sus condenas, en la organización de las mal llamadas “protestas”.
Otra coincidencia con el pasado es la actitud de la izquierda legal y de cierta prensa, así como de las ONG de siempre. Claman por la renuncia de la presidente Boluarte y por una “proporcionalidad” en la respuesta de las fuerzas del orden.
Poco les importa la vida de policías y soldados, la primera línea de contención de la sociedad frente a las mareas subversivas de ayer y hoy. Se nota que, como los Borbones después de la revolución francesa, no han olvidado nada, pero tampoco han aprendido nada.
Existen importantes diferencias con lo acontecido en el Perú a partir de mayo de 1980, es verdad. Pero estas diferencias no abonan a favor de la hipócrita ambigüedad izquierdista, ya que se refieren, a la abierta intervención del Estado boliviano, que ha lanzado una verdadera guerra híbrida contra el Perú; y, la previa infiltración del Estado para socavarlo, realizada por el gobierno que estos ayudaron a elegir.
Finalmente, recordemos que gracias a la indolencia de permitir se levante una leyenda negra sobre el comportamiento de nuestras FFAA en la guerra iniciada por Sendero Luminoso contra nuestra patria, la sangre de peruanos vuelve a correr. Pero, al igual que ayer, los venceremos.