Entre todas las premisas que exigen los subversivos, los “manifestantes”, así como todos los caviares y comunistas que están en nuestro mundo político, resaltan el adelanto de elecciones para el 2023. De esta forma, esa vicepresidenta por la cual todos los rojos votaron —porque votar por el” prosor” era también votar por ella— y que hoy “no los representa” saldrá lo más rápido de Palacio.
Hernando de Soto, en su reciente entrevista con CNN, precisó que el camino para la paz depende de nuevas elecciones porque los candidatos —dentro de los cuales se incluyó— podrán proponer sus planes para el futuro, generando una calma en el país.
Honestamente, discrepo. No considero que con la convocatoria a nuevas elecciones el país se calmará, pues esta será producto del chantaje de la izquierda. Se sabe con certeza que el principal objetivo de los instigadores, que están detrás de todo el caos generado en el país en los últimos meses, no es simplemente el adelanto de elecciones. No por nada se está buscando afianzar una Asamblea Constituyente. Lo que de verdad quieren los subversivos es una constitución comunistapara convertir al Perú en una versión extendida de Bolivia o Venezuela. No creo que el adelanto de elecciones calme a los instigadores ni mucho menos sea una solución como dice el excandidato.
Además, seamos realistas. ¿Qué de bueno nos han dado las ultimas elecciones generales? Desde el 2016 cuando el “antikeikismo” o el “Fujimori nunca más” decidió apoyar a PPK —después de haber apoyado a Humala 5 años antes— el país comenzó a irse en picada. Los caviares obtuvieron el poder poco tiempo después con Vizcarra y Sagasti —el caviar por excelencia— y sentaron subrepticiamente las bases para que la izquierda más radical gane el poder.
Las elecciones del 2021 no solucionaron nada, antes bien empeoraron el panorama, al verse salpicadas por un sinnúmero de situaciones fraudulentas orquestadas por los “socialdemócratas” que conllevaron a que Castillo salga electo como presidente, Dina como su vice, y que el Congreso tenga una mayoría socialista. Porque sí, para el llorón que no lo quiere reconocer, este congreso tira a la izquierda y no a la derecha, como muchos quieren hacer creer.
¿Quién garantiza además que no puede ocurrir otro fraude? Sin reformas políticas radicales y sin un cambio en las instituciones encargadas de garantizar un proceso electoral justo y transparente. ¿Por qué debería ser distinto? Las dos ultimas elecciones generales son las que han desencadenado que hoy haya este intento de anarquía. Han generado que los izquierdistas busquen apoderarse del poder aun cuando corran ríos de sangre.
La izquierda obtuvo el poder gracias a las decisiones tomadas en las elecciones y hoy vemos cómo su versión más radical y violentaha tomado las calles con fuerza, porque el terrorismo nunca se fue y solo esperó el momento para resurgir utilizando la forma “institucional democrata” —de la que antes renegaba— mediante elecciones; y sobre todo, una Asamblea Constituyente que permitiría refundar el país desde una visión comunista radical.
Así que no. No creo que las elecciones sean la solución ni mucho menos el camino para la paz. Mucho menos si se realizan sin reformas, como ahora está pretendiendo nuestra “rosácea” presidenta. Para llegar a la paz, deposito mi confianza en la PNP y en las FFAA, que son las que luchan por establecer el orden y la tranquilidad que han sido arrebatadas por esta horda de salvajes que se apoderan de ignorantes para tomar el Perú.