El Perú es un país asombroso, con una cultura milenaria que logró domesticar especies vegetales hace más de 14 mil años, desarrolló Caral, civilización más antigua de América hace 5 mil; tuvimos un imperio que abarcó gran parte de América del Sur. Años después del poderoso, aunque efímero Tawantinsuyo, llegan los españoles y nos convertimos no sólo en Virreinato, —máxima expresión administrativa de la época— sino en una potencia cuyos dominios abarcaban casi toda América hasta Panamá (excluyendo una fracción de Brasil y Venezuela). Fuimos la capital política y administrativa de América, territorio que reconoció el linaje imperial de los sucesores del Tawantinsuyo.
Han pasado muchos siglos y el poderío de antaño, hoy es reducido a trizas en esos imaginarios “relatos” —palabra que pareciera significar ficción— para dividir a conciudadanos. Los peruanos estamos enfrentados, cualquier historia es buena para los adversarios de la libertad y la democracia. Evo Morales, rechazado por sus propios compatriotas, busca una salida más allá de sus fronteras para apropiarse de parte del Perú. Son demasiadas fuerzas antipatrióticas que buscan enfrentarnos con discursos de odio y resentimiento; inoculando el veneno de la desunión. ¿Qué tipo de desunión? Todas sirven para los que buscan enemistarnos, con el lema “divide y vencerás” porque sólo quieren poder.
La convocatoria para el segundo intento para “tomar Lima” está en marcha. Desde Puno, una señora —ataviada con un bello traje típico, sombrero incluido—, tomó el altoparlante para convencer a sus paisanos diciendo: “porque en Lima todos los policías son negros, feos y flacos, ni siquiera he visto un gringo, todos son horribles, cara de asesinos”. La señora Margarita parece haberse decepcionado de Lima. Qué habría imaginado encontrar en la capital luego de tantos discursos de odio, pobres contra ricos, provincianos contra limeños y sobre todo, esas nefastas ONG —Amnistía Internacional incluida— que promueven la discriminación racial. ¿Cómo se explica que Margarita buscara gringos en Lima?
Esos son los “Relatos”, posverdades, mentiras puras y duras; pero en el camino los peruanos mueren, el país se destruye, la pobreza y el hambre crecen, mientras unos odian a los otros sin poder explicar las verdaderas razones de esa aversión.
La ola de terrorismo, destrucción y conflicto, que ha causado daño por meses, parece estar cediendo. Lo único bueno es que destruir también genera costos a los organizadores y las movilizaciones son caras. Esos que asesinan y destruyen todo a su paso son delincuentes a sueldo. Y según parece, ninguno, en la banda de los ocho: Cuba, Venezuela, México, Colombia, Bolivia, Nicaragua, Brasil o Chile, cuenta con esa billetera con la que Hugo Chávez financiaba todo, no hace mucho.
Tenemos que ser realistas. Dina no va a renunciar porque irá presa, junto a los presidentes investigados: Castillo, Fujimori, Humala, PPK y Toledo. ¿El Congreso? No se van a ir para no perder sus gollerías y otros para no terminar en la cárcel. Así que: Dina, tendrás que gobernar; los congresistas quítense la corona y entiendan que son nuestros servidores; así que a trabajar también. Olvidemos el adelanto de elecciones, busquemos unión y coaliciones esperando conseguir esta vez buenos candidatos para 2026. El Perú no puede seguir a la deriva por más tiempo.