EditorialMiércoles, 26 de abril de 2023
Biden hacia lo desconocido

En el medio de un crispado ambiente político doméstico en los Estados Unidos y con un mundo que se desangra en Ucrania mientras lidia con una China con cada vez mayores ímpetus imperiales, el presidente de la nación más poderosa de la tierra, Joe Biden, ha decidido anunciar su candidatura hacia un segundo periodo. A su avanzada edad, las críticas no han tardado en aparecer; tampoco los cuestionamientos a su competencia para liderar al país. Sin embargo, desde la tienda demócrata se dice que Biden es el único candidato que parece estar en condiciones de derrotar a quien -parece todo indicar- será el contrincante republicano: Donald Trump. Parece que esta película ya la vimos.

Sucede que Biden ha hecho una presidencia opaca. Su falta de reflejos políticos y sus constantes exabruptos han logrado que la Casa Blanca lo “esconda” lo más posible. Cada vez que Biden se dirige a la nación, una potencial crisis de relaciones públicas se está gestando. Por otro lado, su administración ha sido muy mala en términos económicos y peor todavía en cuestiones sociales. Los Estados Unidos viven momentos de absoluta polarización que Biden tendría que haber enfrentado; no obstante, ha preferido agudizar las contradicciones y hacer más claros los dos bandos que hoy se enfrentan por el control de las casas de poder estadounidenses. Ahora, ¿es realmente el mejor contra Trump?

En El Reporte nos vamos a permitir poner en duda esa afirmación. Por momentos, pareciera que los demócratas están haciendo todo lo posible para que, justamente, Trump sea el adversiario porque consideran que es más sencillo vencerlo. Ojo con esto que Clinton le salió el tiro por la culata. La cantidad abrumadora de procesos judiciales que se han abierto contra Trump no parecen afectarlo dentro de las encuestas en la tienda republicana. Más bien, su más cercano competidor, el gobernador de La Florida Ron de Santis, ha tenido que sumarse a las filas de defensa de Trump por su avasallante popularidad en los estados rojos. El progresismo extremo demócrata no ha funcionado.

De Trump se pueden decir -y con justicia- muchas cosas. Pero no que es un mal político. Es un hombre que conecta con la gente y que sabe usar las crisis que lo agobian a su favor. Por otro lado, los demócratas han alienado a buena parte de su base electoral apoyando políticas extremas -como el uso de hormonas para el cambio de sexo en menores de edad-. Ahora bien… ¿Sería lo mejor para los Estados Unidos (y el mundo) una nueva contienda electoral entre estos dos viejos rivales? Lo dudamos. Lo mejor que podría pasar en ambos partidos es que emerjan liderazgos jóvenes que renueven las ideas de sus partidos. El problema es que, a la fecha, nada de esto parece estar sucediendo.

Dejando de lado por un momento el factor Trump, una eventual segunda presidencia de Biden sería desastrosa. El mundo atraviesa uno de sus momentos más críticos en cuanto a política exterior y Biden ha demostrado no tener los reflejos para lidiar con la beligerancia de Putin ni con la voluntariosa expansión China liderada por Xi. Además, cuatro años más de políticas progresistas radicales solo harán del país tierra fértil para una mayor concentración de ideas radicales conservadoras que abonarán solo en la ya tremenda división que aleja a los estadounidenses de los estados rojos de aquellos que viven en los estados azules. Esta es una mala noticia para los americanos. Y para todos.

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