El presente inmediato de Dina Boluarte es el de alguien que camina por la cornisa. No necesariamente por su gestión, que aún tiene varios altibajos, sobre todo a la hora de defender a las Fuerzas del Orden (FFOO). La crisis que referenciamos es la que vienen cocinando a fuego lento tanto en el plano local como internacional varios operadores izquierdistas. Primero tenemos a los presidente de México, Manuel López Obrador (AMLO) y al de Colombia, Gustavo Petro, continuando con sus mensajes incendiarios contra la jefa de Estado. Ambos al unísono la doblegan desde sus tribunas en nombre de su aliado ideológico Pedro Castillo. Y eso no es todo. Aquí también en nuestro perímetro la mandataria está a puertas de experimentar una nueva revuelta, una vez más desde Puno, donde ya lanzaron la amenaza de que vendrán a la capital para la Tercera Toma de Lima. El país pende de un hilo y la única que lo sostiente es la ex vicepresidenta, quien está totalmente acorralada.
Problemas en la vecindad
La región sigue siendo un movimiento telúrico para los líderes que no son de izquierda o que dejaron de serlo. Ahí tenemos a Boluarte. Uno de sus enemigos más férreos es AMLO, quien otra vez volvió a asediarla, usando nuevamente como carnada la presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico. Además de llamarla “usurpadora” porque supuestamente le quitó el trono al profesor chotano, también dijo: "Son cuatro países, Colombia, Chile, México y Perú. Y la opinión del presidente de Colombia es parecida a la mía y el presidente de Chile pues tampoco está interesado en que se le entregue al Perú lo de la presidencia de este grupo que se llama Alianza del Pacífico. Nosotros no tenemos ningún problema, lo que pasa es que, a ellos, no. Se la podemos entregar a Chile a Colombia y que ellos vean qué hacen, pero esta señora, con todo respeto, usurpadora, expulsó a nuestro embajador del Perú".
Gustavo Petro también jaló el disparador, en su caso por Twitter. Tomó la palabra para decir que en su país, Colombia, no habrá “un golpe de Estado” como en Perú. Su referencia no fue al hoy encerrado en el penal de Barbadillo, sino a Boluarte. Es decir, sigue desvirtuando la narrativa sin ningún pudor. Asimismo, acusó a la fiscal Patricia Benavides de haber jugado en pelota con la jefa de Etado peruana.
La canciller Ana Cecilia Gervasi no tardó en responder: "La posición asumida por el señor López de no entregar la Presidencia de la Alianza del Pacífico al Perú es una manifestación del nivel de negligencia con el que orienta sus acciones en el ámbito exterior, que afecta al proceso de integración más exitoso de los últimos tiempos y, peor aún, a las necesidades de su población". Y sobre Petro mencionó: "Muestra un evidente interés de tergiversar la realidad, con el aparente fin de ocultar los problemas internos de gobernabilidad que ambos enfrentan en sus respectivos países".
Violentistas retornan
En casa el panorama tampoco es alentador. Los violentistas amenazan con volver a la capital y ya empezaron a reunirse para venir a la capital en julio. De acuerdo con José Ñaupa, dirigente de la zona de Lago de Ilave, la manifestación movilizará de forma masiva a puneños. “Es un acuerdo ya establecido a fines de marzo. Estos días, todos los dirigentes ya fueron informados de que desde la quincena de julio tenemos que estar preparados. Hemos tenido reuniones virtuales y lo que habrá será una expresión masiva de rechazo a Dina Boluarte, con el objetivo de decirle que Puno no se ha rendido. Puno tiene dignidad y no vamos a retroceder. No le vamos a perdonar al Gobierno que haya matado tantos puneños”, señaló.
Ante esta situación, Boluarte tendrá el gran reto, además, de afrontar la vigilancia panóptica de los organismos de Derechos Humanos, tales como el Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que soltó un informe sesgado, el mismo que soltaría las Naciones Unidas. Los defensores de la democracia y de la patria debemos estar preparados para lo peor. La izquierda regional quiere recuperar el poder que tenía en Perú y para eso los violentistas harían el trabajo sucio.