OpiniónDomingo, 11 de junio de 2023
Senadores: Añoranzas y criterios prácticos, por Arturo Delgado Vizcarra
Arturo Delgado Vizcarra
Asociado del CIPP

El viernes 8 de junio, se produjo el debate y la votación para que retorne el Senado a la estructura del Poder Legislativo.

Los comentarios sobre el debate en la prensa se centran en el supuesto fracaso porque “solo” se obtuvieron 86 votos, se necesitaban 87 o el ímpetu y las formas de algunos congresistas para lograr votos favor de la propuesta.

El Senado, para varios de nosotros genera algunas añoranzas históricas, grandes personajes que lo han integrado, oradores con profundidad en los conocimientos, nociones de política que superan, quizás juntos, a los congresistas que han legislado en los últimos 30 años.

La historia parlamentaria nos debería mostrar, además, que pasó para que, hace 31 años tales calidades no se mostraron con la suficiente contundencia o buen recuerdo para que, en la Constitución de 1993, el senado sea borrado del texto fundamental. No bastaron los discursos sesudos o las decisiones inteligentes hubo, además de la decisión política, legitimidad en su derogación, cuestión que debería revisarse para que no se repita.

Hoy, el planteamiento nos dice que el Poder Legislativo está constituido por la Cámara de Diputados y una de Senadores, 130 como mínimo en el primer caso y 60 en el segundo. Los senadores serían elegidos por distrito nacional único.

Para poder ser elegido los candidatos a senadores deberían contar con 45 años o haber sido, anteriormente, congresistas o diputados.

La función central del Senado constituye, de acuerdo con el proyecto aprobado, la revisión de los proyectos de Ley que eleve diputados, la discusión de varias designaciones y tratados.

Hasta ahí la teoría y los recuerdos, regresemos a la realidad. El proyecto para que sea aprobado, hasta hoy, debería ser sometido a referéndum y tener una votación favorable de la población.

Así, esta reforma política, que, desde mi punto de vista personal, es vital para el fortalecimiento de la política nacional, desde las organizaciones políticas o partidos, del Congreso de la República como institución y del propio estado en general, deberá ser sometida a campaña de difusión y convencimiento de la población en general.

Habrá que iniciar la campaña convenciendo que los autores de la propuesta, a pesar de la reputación que los precede y que se la han ganado día a día, han logrado un texto que merece ser aprobado por una población que no les cree.

Sorprende que el Congreso, normalmente avispado en temas políticos, no haya notado que limitar el acceso del Senado a personajes con una edad y experiencia relativa solo logrará el rechazo general de la propuesta. Me pregunto, ¿por qué no aceptar que los ex gobernadores regionales (sin procesos por corrupción, se entiende) o profesionales con una larga experiencia en la gestión pública (¿10 años?) puedan postular aún con menos de 45 años?

¿No han notado los Congresistas que es vital contar con los apoyos de las fuerzas políticas fuera de Lima? La buena gestión de un gobernador regional (insisto sin procesos por corrupción) es complejísima y serviría para lograr ese nexo con la población del país que es tan esquivo una vez que el representante se sienta en su escaño en el Centro de Lima.

La representación nacional es una característica fundamental del senado, obliga a que el parlamentario tenga una visión integral de cada problema que se le somete a consideración, abona en esa misma visión la edad del senador.

Sin embargo, la realidad contradice rotundamente el párrafo anterior, aproximadamente el 58% de la población nacional vive en la costa, el 30% de los peruanos vive entre Lima y el Callao. Por otro lado, el 73% de la población peruana, también en cifras aproximadas, es menor de 45 años. ¿Cómo hacemos para lograr aceptación de los proyectos de los congresistas si sus decisiones contradicen la realidad?

¿Será posible defender en votación nacional un senado viejo y limeño?

¿Un senado nacional, deja de reconocer la descentralización?

Creo que no era muy complicado pensar en circunscripciones macro regionales para la elección de senadores. Tampoco era muy difícil rebajar la edad a 35 o 40 años.

La característica revisora del senado propuesto también tiene sus bemoles, tenemos 30 años en los cuales se ha exigido celeridad legislativa y se le ha proclamado como una virtud incuestionable, el senado viene a reflexionar y para ello, como es obvio, detiene. Parece que no se ha pensado en que la percepción de la población es que tenemos un congreso aletargado.

Finalmente, y ojalá así suceda, si la reforma llega a consolidarse, el Congreso de la República tendrá una oportunidad extraordinaria para modificar sus estructuras organizacionales y procedimientos que son una urgencia fundamental.

Si quiere suscribirse a todo nuestro contenido Vía WhatsApp dele click a este link: https://bit.ly/40vMiXQ

También puede ingresar a nuestra cuenta de Telegram: https://t.me/elreporteperu