OpiniónMartes, 18 de julio de 2023
Se quitaron la máscara, por Ignacio Urquiaga

La "Toma de Lima", organizada y azuzada por miembros subversivos, contará con la participación especial de la izquierda progresista/caviar. Aquel sector que en momentos de aguas tranquilas le hace asco a la izquierda de la sierra, pero cuando hay oportunidad política y social, resurgen para aliarse. El apoyo caviar abarca desde la realización de eventos académicos para justificar la violencia de las protestas, hasta periodistas supuestamente "imparciales" que han decidido dejar de lado sus principios políticamente correctos y marchar al lado de personajes como Cerrón, el mismo político a quien hace algunos años calificaron de "misógino, machista y homofóbico".

En 2019, Verónika Mendoza propuso la idea de aliarse con su organización Nuevo Perú con Vladimir Cerrón y Perú Libre. Frente a esta propuesta, Marisa Glave e Indira Huilca renunciaron a la organización de Mendoza e hicieron un escándalo mediático, pues no podían concebir la idea de aliarse con un "machista" antiderechos como Cerrón. Sin embargo, estos conflictos internos en la izquierda se desvanecieron definitivamente durante la segunda vuelta entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori en 2021. En aquel momento, el antifujimorismo pesó más para los caviares que su apoyo a los "derechos" de las minorías y a los grupos que el progresismo dice defender. A cambio de este apoyo, obtuvieron varios ministerios, especialmente al inicio del gobierno castillista.

Si bien simulaban tener conflictos dentro de la izquierda, a la hora de gobernar finalmente han demostrado ser lo mismo, tanto la izquierda comunista de Cerrón como los caviares. Castillo se sentía muy cómodo gobernando con instituciones manejadas por estos, a pesar de que en el discurso mediático hubiera un teatro de guerra discursiva entre los rojos, los rosados y los morados.

Diversos periodistas progresistas que suben diariamente contenido "informativo e imparcial" a diversas plataformas de internet ahora apoyan tibiamente la "Tercera Toma de Lima". Muchos de ellos señalan que se trata de una protesta cuyo objetivo es únicamente adelantar elecciones. Quizá eso es lo que ellos quisieran, pero en la práctica, la principal consigna de los manifestantes y violentistas es liberar al golpista Pedro Castillo y establecer una Asamblea Constituyente.

Ahora que han perdido todo tipo de poder dentro del aparato estatal (Tribunal Constitucional y Fiscalía de la Nación), los caviares están desesperados y buscan "tumbarse el sistema" junto con los mismos partidarios a los que años atrás despreciaban y criticaban desde su tribuna de superioridad moral.

Otro detalle a tener en cuenta es que este respaldo no viene solo; el apoyo por parte de organismos internacionales progresistas y globalistas está dispuesto a todo con el fin de justificar las manifestaciones y arrinconar a Boluarte para que renuncie. Junto con ello, está la decisión que el Congreso tomará el 27 de julio respecto a la nueva mesa que presidirá el Parlamento. La izquierda caviar ve en Waldemar Cerrón y la bancada perulibrista una oportunidad de oler el poder, dado que actualmente solo cuentan con una bancada de menos de 6 personas en el fuero parlamentario.

El apoyo a las marchas por parte de la izquierda progresista no es gratuito; al final, todas las izquierdas comparten el viejo lema que reza que, salvo el poder, todo es ilusión.

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