El primer discurso de la presidente Dina Boluarte con motivo de las Fiestas Patrias ha dejado una mezcla de impresiones. Desde El Reporte, consideramos que no se han realizado anuncios particularmente relevantes. En lugar de ello, el discurso parece recopilar en un solo texto los distintos y dispersos esfuerzos del Estado para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, sin ofrecer iniciativas de gran alcance. No obstante, existen aspectos que vale la pena destacar y otros que suscitan preocupación.
Lo Bueno
Una de las facetas positivas de su discurso es la influencia del pensamiento constitucional de la "comisión consultiva" compuesta por destacados profesionales como Ernesto Blume, José Luis Sardón y Óscar Urviola, entre otros. Boluarte ha propuesto repensar el sistema de elección proporcional y considerar la posibilidad de un Congreso elegido por distritos uninominales, así como apoyar la bicameralidad. Estas propuestas denotan un acercamiento a doctrinas liberales sobre sistemas políticos, en contraste con las lecturas corporativistas que su ex partido político, Perú Libre, promueve.
Además, ha intentado recomponer las relaciones con las Fuerzas del Orden, defendiendo la necesidad de su acción ante protestas y actos de violencia que afectaron activos críticos, la infraestructura del país y se llevaron la vida de un gran número de peruanos. Asimismo, asignó un presupuesto adicional de 932.2 millones de soles para las Fuerzas Armadas.
Lo Malo
Sin embargo, el discurso no estuvo exento de críticas y señalamientos. La presidente Boluarte encaró al Congreso de la República, aunque sin la misma vehemencia que su predecesor Martín Vizcarra. Aun así, dejó en claro su preocupación por la labor legislativa del Congreso, calificando a muchas de sus leyes como declarativas, en otras cuestionando su impacto en la caja fiscal y ahodando en la prohibición de iniciativa de gasto. Además, propuso modificar el artículo 77 del Reglamento del Congreso para garantizar el estudio y dictamen de las autógrafas de ley que sean observadas por el Poder Ejecutivo, lo que sugiere una crítica explícita sobre la producción legislativa.
Por otro lado, solicitó facultades legislativas por 120 días para temas específicos como inseguridad ciudadana, el Fenómeno de El Niño Global, desarrollo de infraestructura y meritocracia.
Es decir, les dice directamente que su calidad legislativa es baja y que quiere fomentar nuevos mecanismos para garantizar una buena legislación. Y luego pide facultades legislativas. Es una fuerte crítica y un paso a la acción por parte del gobierno. Este hecho claramente cambia sus relaciones con el Congreso por una nueva etapa de negociación y probables tensiones de mediano alcance. En el Perú tampoco se puede descartar una confrontación sin tregua entre poderes. Si sumamos la profundad debilidad e improvisación en la nueva mesa directiva, Boluarte tiene una chance de pasar a la ofensiva y salir victoriosa.
Lo Feo
Una de las mayores deficiencias del discurso radicó en la falta de presentación de un modelo de gobierno o desarrollo claro y consistente. Además, este pareció ser una recopilación de la data de todos los ministerios sin tener un mayor filtro. Boluarte pareció limitarse a enumerar las acciones que ya realiza el Estado y a hacer anuncios en materia económica, de asistencia social y proyectos de pequeña y mediana escala, sin proporcionar argumentos claros sobre cómo se financiarán tales iniciativas. Esto sugiere una falta de planificación y una sensación de improvisación en la gestión gubernamental.
Por último, el discurso, que tuvo una duración de tres horas, podría haber sido resumido en uno más conciso, lo que hizo perder tiempo a los peruanos y dio la impresión de que se buscaba crear una falsa percepción de una gestión activa y enérgica, cuando en realidad se carecía de sustancia y profundidad en los anuncios. Lo cierto es que incurrió en el arte de hablar mucho y decir poco, ¿Será su discurso una alegoría sobre su gobierno?