El proyecto Castro-Comunista puede ser entendido con los testimonios y entrevistas a la Dra. Hilda Molina, reconocida neurocirujana y fundadora del Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) en Cuba. Ella vivió y tuvo que trabajar para el régimen de Fidel Castro durante 35 años, siendo testigo presencial del surgimiento y desarrollo de este modelo totalitario.
A lo largo de su vida, observó la realidad y cuestionó el motivo por el cual algunos cubanos aplaudían a sus propios opresores. Resistió las imposiciones ideológicas, protegiendo su mente de la colonización para pensar libremente. Su valiente búsqueda de información fuera de Cuba, a pesar de las restricciones impuestas por el régimen, la llevó a entender que Cuba no era una potencia médica, así como la magnitud del proyecto castrista.
La génesis de este proyecto puede rastrearse hasta las raíces ocultas de la Revolución Cubana. Fidel Castro desde su adolescencia soñaba con crear una "patria grande latinoamericana" para dividir a Estados Unidos. Su resentimiento lo llevó a unirse a la Red Caribe de espionaje, adscrita a la embajada soviética en Cuba —sin ser comunista—, considerando a los soviéticos enemigos fundamentales para enfrentar a los Estados Unidos.
La "Revolución Silente" o "Batalla de Ideas" fue otra raíz oculta de esta Revolución, proceso de erosión mental y despersonalización llevado a cabo por años. Fidel buscaba enseñar a la población a pensar según sus intereses, quebrando la esencia de la persona humana y generando un "daño antropológico" que despersonalizó a los cubanos.
La primera conferencia Tricontinental de OSPAAAL, celebrada en Cuba en 1966, creó una alianza antiimperialista para promover la subversión en América Latina, África y Asia. Así, Cuba se convirtió en un santuario de terrorismo subversivo, infiltrando y coordinando acciones en toda la región.
Otro hito fue el Foro de Sao Paulo, concebido por Fidel Castro para expandir el socialismo por la vía electoral. Luego de estrechar relaciones con Hugo Chávez, lo convierte en su "Delfín", para ejecutar el plan del Socialismo del Siglo XXI en Venezuela y toda Latinoamérica.
Este modelo incluye la creación de una "patria grande latinoamericana”, un bloque monolítico liderado por Cuba, con una ideología que proclama un "nuevo socialismo" democrático y humanista, centrado en el odio, resentimiento y poder. El plan estratégico de política interna incluye llegar al gobierno por vías democráticas, establecer dictaduras disfrazadas, cambiar la Constitución eliminando la división de poderes e institucionalidad republicana, manipulando sistemas electorales para perpetuarse.
El control absoluto de los medios de comunicación, la promoción del odio y división social son herramientas esenciales; así como la destrucción de la clase media para dominar a la población en términos económicos.
En política exterior, buscaron formar un Estado multinacional con bases de operaciones en Cuba y alianzas con países como Rusia, China, Irán y Corea del Norte. Esto permitió el avance del narcotráfico, crimen organizado y terrorismo en la región.
Algunos políticos no comprenden o ignoran la gravedad del Socialismo del Siglo XXI, poniendo en riesgo la estabilidad y democracia Latinoamericana. El plan estratégico diseñado por Fidel Castro para ejercer control político tiene como objetivo ideológico para estos regímenes totalitarios eliminar los valores éticos y morales, sembrando odio y destruyendo la institucionalidad republicana. Por ello, la lucha por la “Revolución de los Valores” busca preservar la dignidad humana y la libertad en nuestra región.