En una entrevista con El Reporte, Javier Bedoya Denegri, Secretario General del Partido Popular Cristiano (PPC), desvela la hoja de ruta del partido en su nueva etapa. El PPC se embarca en una labor de reestructuración, enfocándose en consolidar sus comités a nivel nacional y reclutar cuadros capaces que compartan sus principios y valores. Bedoya revela algunos nombres que baraja el partido y subraya la importancia de conectar con el electorado a través de un mensaje claro y sencillo que destaque los logros del modelo económico de los últimos treinta años.
¿Qué le espera al PPC en esta nueva etapa?
Lo que nos espera a nosotros como partido es trabajar mucho, sobre todo en provincias, a través de nuestros comités. Tenemos que armar, complementar y consolidar nuestros comités a nivel nacional. Estamos en búsqueda de cuadros, de gente capaz que se quiera sumar al partido, que se identifique con nuestros principios y valores; y que pronto sean personas que puedan aportar con su conocimiento o ser eventualmente futuros representantes del partido en algún cargo público.
Claramente tenemos que conectar con el electorado de tal forma que entiendan la ideología del partido que en años anteriores no entendieron. En los ochentas tuvimos un discurso muy disruptivo cuando hablábamos del modelo económico, de la economía social de mercado, de la libertad de empresa y generación de empleo. Ese discurso que escuchamos de Luis Bedoya Reyes en el Callao en 1979 hoy día se entiende a la perfección pero no era entendido en esa época. Queremos traducir ese modelo económico en palabras sencillas, sin hechos, para que la gente y la población pueda ver que finalmente el modelo que defendemos ha sacado de la pobreza a mucha gente y está demostrado en los últimos treinta años.
Ahora cuentan con Carlos Neuhaus como presidente del partido ¿Qué nuevo enfoque le puede dar él al partido?
Es un gran gestor, una persona que tiene una trayectoria innegable. Organizó los Panamericanos Lima 2019, estuvo en el ‘Comando Vacuna’ e instituciones que están haciendo obras sociales. Yo creo que Carlos es el gran gestor que necesita el partido para convocar cuadros y expandir el partido. No tiene mucho perfil político, él lo sabe, pero hoy en día no necesariamente se necesita en la presidencia un político, sino un gestor que resuelva problemas y que traiga soluciones a la población.
Hace unos días habló sobre las nuevas caras del partido ¿Qué nombres interesantes o nuevos personajes ve en este nuevo periodo?
Ernesto Álvarez está presidiendo el consejo consultivo. Dentro de sus labores está también traer nuevas personas y nuevos cuadros. Contamos con Oliver Stark, que es un especialista en minería. También está Fernando Calmell del Solar, que tiene mucha experiencia en pequeñas y medianas empresas. Además, Ernesto Blume en el ámbito constitucional y Gustavo Nakamura en educación. Estamos armando el equipo en cada una de las áreas de relevancia, como son la minería, academia, empresa y el agro. Queremos contar con el señor Cillóniz, de ser posible, para que también apoye en este sector. Nuestro objetivo es reclutar gente en carteras vinculadas al sector productivo y que brinden soporte y soluciones para que podamos presentar propuestas y soluciones al país.
Usted fue uno de los principales críticos de la gestión de Beingolea cuando estuvo al frente del partido. ¿Qué fue lo que no le gustó?
No me gustaron los conflictos generados al interior del partido desde la presidencia de Raúl Castro, donde tenía a su principal opositor Alberto Beingolea. Cuando asumió la presidencia del partido, la verdad que no hizo nada por él y tomó decisiones políticas equivocadas. Lo más grave fue que su secretaría general tergiversó la doctrina socialcristiana y acercó el partido a un centro-izquierda, coqueteando con los movimientos progresistas. Eso fue lo que me llevó a alejarme del partido y por lo que pedí licencia. Las decisiones políticas velaban por el bien de una sola persona: Alberto Beingolea. Fue candidato a la alcaldía y luego a la presidencia. En todas las aventuras en las que se embarcó no sacó más del 3 o 4 por ciento.
Además, no me gustó la alianza con Acuña. No tengo nada personal contra él, pero considero que su partido es caudillista y yo no creo en esos partidos, sino en los partidos que tienen ideas, principios y valores. Y ahí están las consecuencias. Ni Marisol Pérez Tello ni Alberto Beingolea se han reinscrito del partido. No sé las razones por las cuales Alberto Beingolea no se reinscribió, pero Marisol Pérez Pello evidentemente no comulga con las ideas del partido y decidió finalmente enrumbar hacia otros proyectos. Marisol es una persona de centro izquierda que comulga con ideas progresistas, pero no puede cambiar la historia de un partido que va a cumplir 60 años porque a ella simplemente le da la gana. Ahora está en un sitio donde se siente más cómoda y la felicito. Mis discrepancias fueron políticas y doctrinarias, pero le deseo la mejor de las suertes si es en el Partido Morado o alguna otra agrupación.
¿Qué lecciones se llevó el partido después de las elecciones de 2021?
La verdad es que no estábamos preparados. Los comités no estaban debidamente armados, no se habían identificado cuadros a nivel nacional. Es más, en algunas regiones no presentamos candidatos porque no los teníamos. Lo peor es que en todo momento el presidente del partido (Beingolea) nos dijo que tenía identificados candidatos en todas las regiones, lo cual era mentira. Prueba de ello fue que no se presentaron candidaturas al Congreso en todas las regiones. Creo que no se hizo trabajo político, creo que se aburguesó el presidente del partido y pensó que podía manejar todo desde Lima y ahí están los resultados.
Si hubiera elecciones ahora mismo y el partido estuviera inscrito, ¿Se sienten listos para participar?
No te voy a mentir. El partido no está ahora en condiciones de entrar en un proceso electoral. Hay que armarlo. Nos quedan tres años para eso. Y en parte es de mi trabajo como secretario general. Estoy acompañado en la secretaría por Claudia Chirinos de Trujillo y Matilde Lozada de Arequipa.
¿Cree que le faltó al PPC ser más crítico durante el gobierno de Pedro Castillo?
Como partido no hemos tenido un pronunciamiento porque no estábamos inscritos, pero si han habido voces pepecistas como la mía, la de Lourdes Flores y otras personas más que hemos sido muy críticos de Pedro Castillo. Lamentablemente, este Congreso también carece de cuadros y de gente preparada, con algunas excepciones, no está haciendo correctamente su trabajo. Cuando vacaron a Pedro Castillo, lo hicieron porque no tenían otra opción. Además, me sorprende muchísimo que el Congreso no haya llamado ni interpelado al ministro de Economía. Estamos al borde de una recesión, con una inflación muy focalizada en el incremento del costo de vida y la canasta básica.
Y no tiene nada de malo llamar a un ministro, pues es parte del control político y la fiscalización, pero al parecer quieren mantener la fiesta en paz con Dina Boluarte porque están esperando cobrar hasta la última gratificación del año 2026.
¿La ideología socialcristiana del partido podría calar actualmente?
Sí, especialmente en lo económico. Después de casi 30 años de beneficiarse de este y de ver a mucha gente salir de la pobreza, la población está de acuerdo con este modelo. Debemos explicar que lo que defendemos es a la gente común que trabaja y quiere emprender, así como a la clase media que impulsa la economía. No estamos defendiendo a los grandes conglomerados empresariales, sino a aquellos que quieren iniciar sus propios negocios.
Muchas personas ya no quieren el comunismo, el socialismo o las políticas de izquierda, ya que saben que eso no les generará riqueza, sino más pobreza. Creo que hay un gran segmento de la población, más del 30%, que se identifica con estas ideas y adopta una postura de centro a centro-derecha. Es importante señalar que, aunque la capital puede tener ideas más progresistas, el interior del país tiende a ser más conservador, defendiendo la vida y la familia, y rechazando las ideas progresistas. Por lo tanto, creo que existe un espacio significativo para el PPC en la política peruana.
¿Siente que ha cambiado tal vez el perfil del votante peruano?
Vivimos en una crisis constante desde el gobierno de Kuczynski, donde se generó toda esta inestabilidad con el fujimorismo. Hemos cambiado de presidentes como de ropa interior. Esta inestabilidad finalmente ha generado un hartazgo en la población y se vio plasmado en la elección de 2021.
La gente votó por una candidatura disruptiva de extrema izquierda representada por Pedro Castillo y por otro lado una posición de extrema derecha como puede haber sido Renovación Popular y el discurso de Rafael López Aliaga. A pesar de que él se identifica como socialcristiano, no cala mucho dicha doctrina con una derecha radical. Ahí hay una contradicción. Aunque no pasó a segunda vuelta, su candidatura caló de alguna manera. Pero eso se va a terminar como siempre se termina en todos los países y en todas las culturas. Y la gente se va a plegar un poco más al centro en la medida que vean candidaturas, si ven partidos políticos con ideas, principios, doctrina e ideología.