OpiniónViernes, 8 de septiembre de 2023
Las Sandalias del Pescador, por Víctor de la Torre

En 1962, cuando los sacerdotes "progresistas" hablaban del signo de los tiempos y del Vaticano II, salió una novela de Morris West que fue llevada al cine, protagonizada por el actor Anthony Quinn. Esta obra trata sobre un sacerdote croata que llega a ser nombrado Papa después de haber tenido una vida muy difícil. Este Papa se escapa del Vaticano y se mezcla con el pueblo. Esta película, que inspiró junto con la teología de la liberación, representó a una iglesia que pretendía hacer compatible el comunismo con el catolicismo. La profundidad de este título trata, al final de cuentas, de una iglesia que pretende cambiar las estructuras liberales por la influencia de un socialismo comunista que, con el paso del tiempo, ha derivado en más pobreza e injusticia.

"Las Sandalias del Pescador" es un ejemplo perfecto de cómo algo inútil se vuelve hermoso. Morris West, un artista de la narrativa y uno de los mejores escritores del mundo, nos enseña cómo la narrativa a menudo está totalmente alejada de la realidad.

Hace pocos días, se llevó a cabo una conmemoración del informe de la Comisión de la Verdad, del cual solo puedo referirme a la parte que me tocó vivir. En mi caso, sé que todo lo relacionado con el secuestro de mi padre, Víctor de la Torre, fue mentira. Se aprovechan de la decisión humanitaria de una compañía como Cementos Lima S.A., que brindó ayuda a comedores administrados por las madres Combonianas que servían almuerzos a los más pobres de la zona de la Tablada de Lurín, Villa María del Triunfo y José Gálvez en la época del fujishock. Sin embargo, se afirma que fue porque el MRTA lo exigió.

Soy testigo presencial de que fue una decisión de los accionistas mayoritarios de CEMENTOS LIMA S.A dar apoyo humanitario a la gente de su entorno. La empresa procedió a comprar cocinas y víveres haciendo una alianza estratégica con las madres Combonianas para que la gente más pobre de la zona pudiera comer. Hay que recordar que fue la época del fujishock.

Cuando uno lee la parte del secuestro de mi padre en el Informe de la Comisión de la Verdad, se da a entender que fueron los mismos terroristas del MRTA los que forzaron a la compañía a distribuir comida entre la gente más pobre del país. No es verdad; fue una decisión de la compañía, anterior al secuestro de mi padre.

La Comisión de la Verdad simplemente falseó los hechos, con el agravante de que el cura Gastón lo sabía. Gastón visitó a mi madre en más de una ocasión mientras duró el secuestro de mi padre. Su madre, Eugenia, era íntima amiga de mis padres, y cuando Gastón se hizo sacerdote, lloraron juntos de felicidad.

Para mí, ver a Gastón, el hijo de Eugenia, salir del Ojo que Llora después de haber participado en semejante homenaje a los terroristas, fue muy doloroso para mí y mi familia. Era un hombre a quien conocí como mi tutor en cuarto de media en el Colegio de La Recoleta, una persona alegre que cantaba los versos de Machado golpe a golpe, verso a verso y rompía las ventanas del colegio jugando fútbol en el patio con nosotros. En mi opinión, nos traicionó a todos, golpe a golpe y verso a verso.

"Las Sandalias del Pescador" es un libro de Morris West, un extraordinario escritor que equivocó cuál era la misión de la iglesia como salvadora de almas. La iglesia confundió la opción por los pobres con la opción por la pobreza. La iglesia se hizo más liviana y flexibilizó su lucha contra el aborto, la lucha por la familia y la lucha por Jesucristo. La iglesia arrió sus banderas. Hoy en día, vemos iglesias vacías, con pequeñas cantidades de personas que van a creer que son buenas y a creer en Marx en lugar de Jesús.

A la salida del Ojo que Llora, vi a Gastón, ya viejo y cansado, sin alegría en los ojos. Veo a los obispos y arzobispos viejos y desgastados, al igual que la teología de la liberación y a una iglesia que defiende una igualdad que es enemiga de la libertad. Hoy, el comunismo no tiene cuadros intelectuales, lo cual se nota por la vejez de los que se autodenominan sus intelectuales más destacados.

No son "Las Sandalias del Pescador", sino "Las Sandalias del Pecador", después de lo que yo he visto y vivido con mi padre. Que Dios perdone sus almas.

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