Casi un año después de ejecutado el fallido golpe de Estado por parte del expresidente Pedro Castillo, el país sigue estando en una situación algo preocupante. Si bien los escandalosos casos de corrupción, las breves gestiones de unos ministros descaradamente no preparados y la ineficiencia en la gestión de los organismos gubernamentales se han reducido sustancialmente; aún no se puede hablar de un gobierno bien encaminado o con una dirección contundente.
De hecho, culpar al gobierno de Castillo es más bien un comodín utilizado en repetidas ocasiones por la presidenta Boluarte, el premier Otárola e incluso la ministra de Vivienda Hania Pérez de Cuéllar, quien en una reciente entrevista con el diario El Comercio dijo que “Nos estamos olvidando que nos hemos librado de una dictadura con ideologías trasnochadas”.
Por otro lado, tras los nuevos descubrimientos de Nicanor Boluarte, hermano de la presidenta, se expone un caso similar al de la famosa casa de Sarratea.
Desgaste del gabinete
Una de las figuras protagonistas del Ejecutivo es Alberto Otárola, el actual premier. Si bien se le recuerda como una fuerza de contención eficiente que logró hacerle frente a las olas de protestas por parte de los revoltosos afines a Pedro Castillo, casi un año después de lo sucedido brilla por los señalamientos en su contra. Entre estos, la supuesta contratación de dos de sus amigas en puestos clave en la Presidencia del Consejo de Ministros.
Esto, sumado a la inestabilidad y cuestionamientos provenientes de las distintas carteras de su gabinete como las del Interior, Economía y Vivienda, muestran una situación no solo de ineficiencia, sino de vulnerabilidad.
¿Este gabinete ya cumplió su ciclo? De ser así, ¿Quién sería capaz de encabezar un nuevo gabinete que tenga la habilidad de hacerle frente a los tantos problemas que enfrenta nuestro país?
Escándalos
Las últimas semanas se han hecho cuestionamientos a distintas carteras del gobierno. De hecho, la prueba tangible al descontento del Congreso frente a esto fue la censura del ministro del Interior Vicente Romero Fernández, quien gozó hasta el final de su gestión del total respaldo del premier. Esto solo refleja la insistencia de Otárola para tomar medidas probadamente inútiles.
Otárola dirige un gabinete ampliamente cuestionado.
El analista político José Carlos Requena indica que “es cierto que no se tiene la precariedad como en el Gobierno de Castillo, donde en promedio los ministros duraban veinte días. Lo que falta es mostrar avances concretos, y ese es el principal desafío de los distintos sectores”.
El Ministerio de Economía ha sido uno de los señalados principalmente por llevar tres trimestres seguidos en rojo. De hecho, el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INEI), indica que, en el últimotrimestre, comparado con el mismo periodo del 2022, 17 de las ciudades principales del país han bajado en la población ocupada que tienen.
A esto se le suma la gestión negligente de recursos de los distintos ministerios. Por ejemplo, el caso del Minsa que gastó más de 20 mil soles en coffee breaks para un solo día.
O también el caso del ministerio de Vivienda, el cual aparte de los suplementos alimenticios adquiridos con el dinero de su caja chica, se le suma la desaparición de más de mil soles de esta cuenta.
La cereza en el pastel es la segunda moción de interpelación presentada en el Congreso contra el ministro de Energía y Minas Óscar Vera por contaminación causada en las cuencas de los ríos Llallimayo, Jatun Ayllu y Chacapalca, en Puno.
“El hecho que tengan más diplomas no quiere decir que sean más honestos, al contrario. Los noto igual o más corruptos y sinvergüenzas que los ministros delgobierno de Pedro Castillo”, polemiza la expresidenta del tribunal de la OSCE Mónica Yaya.
¿Cambio de líder?
Desde hace ya varias semanas se especula sobre el cambio de premier debido al desgaste notorio de Otárola. Algunos medios lanzaron nombres de figuras como el embajador de Perú en España Walter Gutiérrez o el nuevo canciller Javier González Olaechea.
Sin embargo, esto no estaría cerca de suceder. Requena indica que los principales cambios que haría el ejecutivo serían, más bien, sectoriales.“Se dice mucho que la figura de Otárola está muy desgastada, pero creo que más son problemas sectoriales [...] cualquier recambio se haría más en algunas carreras específicas”. Añadió que, si Boluarte optara por remover a Otárola, su reemplazante sería alguien de “un perfil parecido y que sea capaz de dialogar”.
El fantasma de Nicanor
Ciertamente uno de los personajes que ha dado mucho que hablar es Nicanor Boluarte, hermano de la presidenta. Un reportaje de Cuarto Poder lo expuso como una persona influyente capaz de conseguirle contratos con el Estado a personas de su entorno. Un hecho que recuerda amargamente a las reuniones de Pedro Castillo en la casa de Sarratea.
“Recuérdese que, de acuerdo a los reportajes emitidos, el señor Nicanor Boluarte se trasladaba en la camioneta de un proveedor del Estado, lo cual me hace pensar que este proveedor podría ser en realidad un testaferro de Nicanor Boluarte y de la presidenta Boluarte”, comenta Yaya.
Además, esta semana el portal Epicentro reveló audios en el que se jactaba de haberse reunido con Congresistas de Acción Popular y Alianza para el Progreso con el fin de evitar que censuren al exministro de Educación del gobierno de Pedro Castillo, Carlos Gallardo.
Asimismo, en audios difundidos este sábado, se le escucha alardear su influencia en el Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied) del Ministerio de Educación, a pesar de no ser funcionario de esta institución.
Este material dibuja al hermano mayor de la presidenta como alguien sin escrúpulos y con alto poder de conspiración.
Boluarte es altamente influyente.
Muestra de su sentimiento de superioridad sería su ausencia en la citación de la Comisión de Fiscalización del Congreso programada para el jueves, alegando que no podía ir por problemas de salud.
¿Más de lo mismo?
Claramente, la situación aún no es tan crítica como en la que se encontraba el país en manos de Pedro Castillo. Sin embargo, el umbral es demasiado bajo si se toma como punto de referencia ese gobierno. Ser mejor que el gobierno de Castillo no es tan difícil, por lo que no debería ser el mayor orgullo de la presidenta o de su gabinete.
“Las expectativas de que Boluarte no termine su mandato son por ahora huérfanas. Lo que podría pasar si esto se extiende es que tengamos una presidenta y un gabinete impopulares y en consecuencia una situación similar a este marasmo de aquí a 2026”, concluyó Requena.
Por lo tanto, cabe recordar que la inactividad y la ineficiencia de este gabinete son igual de nocivas, a pesar de que no presentan las insuperables deficiencias de Castillo.