Tras su segundo viaje a Estados Unidos, el francés Alexis de Tocqueville se dedicó a escribir su gran obra “La democracia en América”, su primer volumen vio la luz en 1835.
El libro ofrece un análisis de las consecuencias de la democracia, que, si no es controlada, se puede convertir en la “tiranía de la mayoría”; los elementos exitosos que Tocqueville cree que pueden combatir esta peligrosa tendencia democrática son: un Poder Judicial independiente e influyente, un Poder Ejecutivo fuerte, autonomía local, descentralización administrativa, religión, mujeres bien educadas, libertad de asociación y libertad de prensa.
Enfocado en el tema de Libertad de Asociación, Tocqueville señala que “en ningún país del mundo, el principio de asociación se ha usado o aplicado más exitosamente a una mayor multiplicidad de objetos que en Estados Unidos… Desde la infancia, al ciudadano estadounidense se le enseña a depender de sus propios esfuerzos para hacer frente a los males y las dificultades de la vida”. Un ejemplo claro del principio de asociación que contrastó la realidad americana con la francesa de aquel entonces fue la acción de cien mil hombres de la Sociedad Americana de Temperancia, que ante los problemas de abuso de alcohol que aquejaban a su sociedad no dudaron en agruparse, se comprometieron a abstenerse de licores embriagantes, y no solamente eso; sino que también empezaron a generar influencia en las demás personas sobre estos problemas.
Con un toque humorístico, Tocqueville hace una comparación, “si esos cien mil hombres de la Sociedad Americana de Temperancia hubiesen vivido en Francia, cada uno de ellos se hubiera dirigido personalmente al gobierno para solicitar que se controlen los bares de la nación”.
Si bien es cierto esta obra tiene más de 180 años, nunca es tarde para empezar a entender la importancia de tener una sociedad civil participativa, una sociedad que no dependa de las decisiones de sus autoridades; sino, por el contrario, que empiece a tomar iniciativas propias.
Somos nosotros mismos quienes conocemos las mejores formas para solucionar muchos de los problemas que nos aquejan, solo que estamos malacostumbrados a esperar que las autoridades actúen primero y traten de solucionar los problemas.