La contundente victoria (55,76% vs 44.26%) del libertario Javier Milei sobre Sergio Massa, representante del peronismo, deja en claro que los argentinos han apostado por un cambio radical hacia la libertad y en contra de los representantes de siempre.
En la que fue una de las naciones más ricas del mundo, la corrupción campea, la inflación bordea el 140% y, la pobreza aumenta alarmantemente hasta alcanzar el 40%. Por todo aquello y más, el pueblo ha preferido a un outsider. Argentina está harta del peronismo kirchnerista.
Es precisamente este descontento lo que llevó a elegir a un disruptor excéntrico como Milei, quien tildaba al establishment político de “casta”, “ladrones”, “parásitos”, entre otros epítetos poco amables. Milei le habló al pueblo en base sus símbolos. Entendió la mitología argentina, el lenguaje de hinchada de fútbol, la ira que sienten al vivir en un país con todos los recursos, pero sin posibilidades de surgir debido al sistema estatista y corrupto que creó el kirchnerismo.
Simultáneamente, el presidente electo está dando una lección a la derecha refinada y frívola: es necesario conectar y representar las preocupaciones de las mayorías. Abordó el descontento popular y formuló un plan que ofrece soluciones reales.
Mientras Javier Milei y su partido se preparan para gobernar, comienza la fase difícil. Sin embargo, como peruanos, desde El Reporte instamos al nuevo presidente y su gobierno a no titubear. Deben implementar su plan, por más radical que sea, y superar cualquier obstáculo que seguramente impondrán las élites peronistas y sindicales. En Perú, se llevaron a cabo reformas estructurales para superar la hiperinflación y establecer una macroeconomía sólida durante décadas. Fue difícil al principio, marcado por la escasez, la devaluación y las protestas, pero el país emergió más fuerte.
Milei enfrentará sin duda una dura oposición, pero desde este diario creemos que tiene la fuerza y astucia para afrontarla. De hecho, no tiene otra opción. Es una oportunidad histórica para que el primer presidente libertario del mundo convierta su movimiento en una realidad política, más allá de lo académico.
Además, Milei ha demostrado que la batalla cultural sí da resultados. Conectar con el sufrimiento del pueblo puede traducirse en victorias electorales, como lo evidenció "el peluca". Se pueden extraer muchas conclusiones de este triunfo, pero la más crucial es intensificar la lucha contra las mafias socialistas en Iberoamérica. Sí se puede, y estamos avanzando.
A nivel regional, este avance ya está siendo notorio. Junto al rechazo de la constitución chilena, el triunfo de los “colorados” en Paraguay, el de Noboa en Ecuador y la caída del golpista Pedro Castillo en nuestro país, podemos señalar que la región está algo más resguardada de los peligros autoritarios que viven países hermanos como Cuba, Venezuela, Nicaragua, El Salvador o Bolivia. Sin embargo, la algarabía de las victorias debe traducirse en gobiernos ejemplares que solucionen la dureza en la calidad de vida de los iberoamericanos. El peligro siempre está latente, pero una buena batalla cultural en conjunto a gobiernos eficientes aliviará la permanente lucha por la democracia.
Si bien Milei logró un estallido a nivel electoral, ahora lo tiene que trasladar al gobierno. El verdadero estallido será cuando su país se vuelva a enriquecer y las clases populares mejoren su nivel de vida. Si lo consigue, el éxito será mucho más grande e incluso podría comenzar a “despertar leones” no solo en Argentina, sino a nivel mundial.