Es falso que la regionalización haya sido un fracaso en el Perú, ya que jamás se ejecutó como tal. Los gobiernos de turno que tenían que ejecutarla, solo hicieron anuncios tibios y no la implementaron, por un evidente cálculo político, pues las macro regiones les eran adversas electoralmente.
Lo que sí ha sido un fracaso es llamar “Regiones” a los “departamentos” que obedecen a intereses locales ajenos al bienestar común, donde el cacicazgo y la componenda ha superado a los partidos históricos y los nuevos solo traen discursos desconectados de la realidad, en suma: populismo. La implementación histórica de macro regiones con enfoque geopolítico sigue esperando, es real y notorio que la influencia del espacio geográfico, sobre las macro regiones previstas, tendrá una influencia positiva sobre la gestión y las decisiones de esos gobiernos regionales. Históricamente esta visión de macro región, al no serles útil a los políticos de entonces, fue mutado poniéndole el nombre de regiones a los departamentos y ya. Eso sí ha sido un completo fracaso.
Se optó por una descentralización presupuestal por “regiones-departamentos” que termina devolviendo buen porcentaje al MEF, debido a ignorancia y corrupción que se pueden evitar, formas y métodos hay varios: la creación del ministerio de infraestructura, acompañamiento concurrente de la Contraloría, procesos “llave en mano”, Gobierno a Gobierno, etc. Sin embargo, la conveniencia política y la falta de visión en el Congreso aún nos mantiene en ese marasmo de conceptos e ideas que confunden todo y engañan a muchos, confundir regionalización con descentralización, por ejemplo, es una triste evidencia de cómo vamos.
El Congreso es fundamental ya que del ejecutivo no va a venir. Una regionalización geopolítica comprende la explotación y conservación de recursos a nivel nacional, comprende asignación de recursos reales a las obras que necesitan esas poblaciones sin las eternas evaluaciones que pasan sí o sí por Lima, vía seguridad ciudadana, asignación de medios y recursos para la Policía, control de los gobernadores sobre esos mandos regionales, además de generación de empleo y desarrollo de infraestructura en educación, salud y transporte. Entre otros.
No repitamos consignas históricas ni frases histéricas. Si es necesario hacer una reforma constitucional, ¿Cuál sería el problema? Ya se ha modificado nuestra constitución por temas muchísimo menos importantes y hasta absurdos como hemos visto en el tiempo, reformas que han sido el disfraz de venganzas, ¿Por qué no optar por algo que sabemos va a ser provechoso para los que menos tienen? Seguro saltarán los que no quieren tocar la carta magna cuando ya han hecho con ella lo que han querido.
No creo que, para esto, se deba hacer una nueva constitución vía asamblea constituyente, pues eso abriría más aun la brecha de ideología extrema de ambas vertientes.
Que funcione ahora más que nunca el Acuerdo Nacional para trazar la implementación de macro regiones. El Perú necesita un cambio. Ahora.